La humanidad se enfrenta a una fuerte amenaza, el cambio climático. Se trata de la modificación de la temperatura y del resto de variables del clima, que se está produciendo con una velocidad e intensidad sin precedentes, y las personas tenemos gran responsabilidad en ello. Además de darse cambios naturales, las actividades del ser humano afectan de lleno a la salud del planeta. La temperatura media de la Tierra es ahora 1,1°C más elevada que a finales del siglo XIX, mientras que la década del 2011-2020 fue la más cálida registrada. En esa línea, cada una de las cuatro últimas décadas ha sido más caliente que cualquier otra desde 1850. Por su parte, el nivel medio del mar a escala mundial alcanzó un nuevo máximo en 2021. El cambio climático viene acompañado de otras consecuencias como sequías intensas, escasez de agua, incendios graves, aumento del nivel del mar, inundaciones, deshielo de los polos, tormentas catastróficas o disminución de la biodiversidad. Además, afecta a la salud de las personas o la capacidad de cultivar y producir alimentos.

La lucha contra el cambio climático es, sin duda, uno de los desafíos más grandes y urgentes de nuestra era. Las evidencias científicas son contundentes: si no actuamos ya, y de manera coordinada, las consecuencias pueden ser irreversibles. Las empresas energéticas tienen un papel crucial en la transición hacia economías y sociedades más sostenibles, ya que son responsables de desarrollar e implementar tecnologías limpias, invertir en fuentes de energía renovable y fomentar prácticas operativas que reduzcan la huella de carbono, contribuyendo así a la mitigación del cambio climático y al avance hacia un futuro más ecológico y equilibrado. En este contexto, ENGIE, una empresa global líder en el sector energético, continúa reafirmando su compromiso con la descarbonización y la sostenibilidad tanto en España como a nivel global.

El sector de la alimentación es fundamental y, en los últimos años, ha tenido que enfrentarse a la inflación y a los costes de producción. Esto ha hecho que las cadenas de supermercados hayan tenido que renovarse y adaptarse a los cambios en el mercado y de los consumidores, que han cambiado su forma de consumir desde la pandemia.

El Día del Medio Ambiente, celebrado el 5 de junio, es una fecha clave para reflexionar sobre nuestra relación con el entorno que nos rodea. Establecido por las Naciones Unidas en 1974, este día tiene como objetivo concienciar a las personas sobre la importancia de cuidar nuestro planeta y fomentar acciones que promuevan la sostenibilidad y la conservación ambiental.

Los restos de comida, las plantas o los posos del café de los zaragozanos se transformarán a partir de ahora en energía limpia y en compost para abonar las zonas verdes de la ciudad, dándoles una nueva vida y reduciendo la basura que va al vertedero. Para aprovechar estos residuos, el Ayuntamiento de Zaragoza está en pleno proceso de implantación del contenedor marrón para recoger de forma separada la basura orgánica que generamos en nuestro domicilios y establecimientos.

La transformación digital está muy arraigada en la sociedad desde hace años y ha cambiado cómo nos relacionamos, aprendemos y desarrollamos todos los aspectos vitales. Y las empresas no son ajenas a esta transformación, independientemente de su sector. De hecho, se ha convertido en imprescindible en cualquier compañía para ser más competitiva, tal y como arroja un estudio de la consultora KPMG y la Confederación Españoles de Organizaciones Empresariales (CEOE), en el que se indica que el 58% de los empresarios españoles sitúa la transformación digital entre sus prioridades estratégicas para ser competitivos en el mercado.

Uno de los principales objetivos de la industria, tanto a nivel nacional como internacional, es trabajar para reducir la huella de carbono. Una meta que no es solo un deseo, es también una imposición. En materia de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la Unión Europea ha asumido que para el año 2030 un objetivo de una reducción de, al menos, un 55% menos de emisiones netas en comparación con 1990.

En su apuesta por fidelizar a sus clientes, Unicaja trabaja día a día para ofrecerles productos con los que dejar a cero las comisiones a cobrar, en función del cumplimiento de determinados requisitos de vinculación.