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Uno de los principales objetivos de la industria, tanto a nivel nacional como internacional, es trabajar para reducir la huella de carbono. Una meta que no es solo un deseo, es también una imposición. En materia de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la Unión Europea ha asumido que para el año 2030 un objetivo de una reducción de, al menos, un 55% menos de emisiones netas en comparación con 1990.
Aunque todavía queda mucho que hacer en este campo, se ha avanzado mucho en los últimos años. En 2022, solo España fue responsable emitir 254,363 megatoneladas de CO2 a la atmósfera. Pese a que la cifra es casi un 10% superior a la registrada el año anterior, supone un recorte del 32% si se compara con las 374,318 megatoneladas que se emitieron en 2007, año en el que se registra el máximo histórico. Esto coloca a España en el puesto 159 (de 1984) de países más contaminantes.
Para poder seguir reduciendo estas cifras las microgrids juegan un papel fundamental. Se trata de una tecnología que permite la descarbonización de los procesos, el ahorro económico en la factura eléctrica y la capacidad de resiliencia o independencia eléctrica respecto a la red principal. Además, permiten adaptarse fácilmente a las necesidades específicas de cada cliente optimizando al máximo los recursos disponibles en cada instalación consiguiendo el mejor rendimiento energético posibles.
En otras palabras, este tipo de tecnología dota a las empresas de la infraestructura técnica para integrar y escalar su propio suministro de energías renovables en lugar de depender del mix energético que ofrezca en ese momento la red. Con el software, los controladores y los equipos de interconexión adecuados, la microgrid utiliza fuentes renovables para abastecer tus necesidades pudiendo incluso vender energía limpia a la red.
Una microgrid es capaz de determinar los momentos idóneos para consumir, producir, almacenar o vender energía en función de las condiciones climáticas, la predicción de precios de energía y otros factores adicionales. Permite utilizar cargas propias evitando pagar por picos de consumo y ofrecen la opción de vender el exceso de energía disponible. Una microgrid también es un seguro a largo plazo ante una posible inflación de los costes energéticos.
Las microgrids permitirán a las empresas de toda Europa tomar el control de sus costes energéticos haciendo de la energía un activo en el balance económico, aumentar su seguridad energética y acelerar su camino hacia la sostenibilidad. Proporcionada como un servicio, esta solución ofrecerá a las empresas todas las ventajas de una microgrid, ahorrándoles la inversión inicial habitual.
La irrupción que está viviendo las microgrids se está produciendo en un momento muy concreto, después de que los precios de la energía hayan vivido una auténtica revolución provocada por el inicio de la guerra en Ucrania. En 2022, uno de los años más castigados, en agosto, el coste de la energía francesa alcanzó los 900 euros por megavatio-hora, lo que supone más de diez veces el precio en las mismas fechas del año anterior. Ese mismo mes, en España la luz alcanzó los 158,26 euros en agosto de 2022, lo que supone un incremento interanual del 70%. En general, la volatilidad de los precios de la electricidad en Europa en 2022 fue, de media, seis veces superior a la de 2020 y más del doble en comparación con 2021.
Las circunstancias que atraviesa actualmente España (la emergencia climática, la crisis energética y la volatilidad de los precios de energía) favorecen el uso de este tipo de tecnologías. Esto está avivando el interés de los inversores atraídos por la promesa de una energía más limpia e inteligente. En España, esto se está potenciando gracias a las ayudas económicas procedentes de la Unión Europea que han dotado a las empresas de incentivos para impulsar el uso de microgrids. El mejor ejemplo de ello son los Fondos Next Generation. Además, los criterios de descarbonización ESG son una autopista hacia la electrificación y marcan el acceso a la financiación público-privada, por lo que las empresas que no cumplan con tales criterios perderán competitividad.
En España, la compañía está centrada en el segmento Comercial & Industrial Buildings. Por ejemplo, han creado la primera primera microgrid de España junto a Acciona en la planta de Puente la Reina (Navarra). Se trata de una instalación que aúna la producción de energía distribuida, como las renovables, con cargas interconectadas, y que optimiza el uso de la energía en base a los precios de mercado.
La revolución de las microrredes ya ha permitido a muchas organizaciones innovadoras y ambiciosas tomar las riendas de su futuro energético. Cada vez más, las organizaciones se están convirtiendo en parte de la solución a los retos climáticos y de infraestructuras energéticas. Una revolución que Schneider Electric no cree que haya tocado techo. "En Schneider Electric, seguiremos impulsando las microgrids con tecnologías innovadoras e implementaciones que ofrezcan beneficios reales", celebra la multinacional.
De hecho, entre los planes de Schneider Electric a corto plazo está extenderse por Europa, tras implementarlo en Estados Unidos, la tecnología EcoStruxure Microgrid Flex. Se trata de un sistema de microgrids más rápido, sencillo y estandarizado, diseñado para satisfacer las necesidades de resiliencia, eficiencia y sostenibilidad. Esta estandarización reduce sustancialmente el tiempo del proyecto y las horas de ingeniería, lo que supone un mejor retorno de la inversión. Al reunir el control de la microgrid, la distribución eléctrica, el software y el sistema de almacenamiento en baterías, EcoStruxure Microgrid Flex elimina la complejidad y ofrece un sistema que proporciona una gestión óptima de la energía para garantizar la continuidad de las operaciones y el impacto en los objetivos de descarbonización.
Producido por EcoBrands.