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Wed, 13 May 2020 14:20:50 +0200
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Latinoamérica ya había entrado en punto muerto a finales del año pasado, cuando las principales locomotoras de la región, México y Brasil registraron un crecimiento prácticamente nulo. Todos los indicadores hacían presagiar que América Latina sucumbiría en 2020 ante la desaceleración económica mundial provocada por la guerra comercial entre China y Estados Unidos y la caída del precio de las materias primas. En directo | Sigue la alerta mundial por el coronavirus.Tampoco ayudaron los problemas internos de la región, como lo son la desigualdad social, la elevada informalidad, la inseguridad, la incertidumbre generada a los inversores extranjeros y el clima político enrarecido, que desembocó en el último trimestre de 2019 en fuertes protestas en países como Chile, Colombia, Perú o Ecuador. Sin embargo, la pandemia de coronavirus ha terminado por dar la estocada final a una economía que ya de por sí se encontraba a la deriva y que era sumamente dependiente del exterior: el COVID-19 ha sumido a la región en un laberinto económico aún más complicado por los imprevisibles efectos que tendrá la crisis sanitaria en los próximos meses.