Presidente de IMF Business School

Tradicionalmente, el mes de abril suponía un buen mes para el empleo, pero este mes, al igual que ya sucedió en el mes de marzo, los datos muestran la cruda realidad que está viviendo nuestro mercado de trabajo. El paro registrado aumentó en más de 280.000 personas, mejorando levemente los datos del mes de marzo, dando como resultado un aumento de más 3,8 millones de inscritos en el Servicio Público de Empleo Estatal. Asimismo, y probablemente el dato más importante de los conocidos, el número medio de cotizantes a la Seguridad Social ha perdido casi 550.000 cotizantes. Por sectores, y como ya sucedió en el mes de marzo, el sector servicios ha sido el que más afiliados se ha dejado por el camino, aunque en esta ocasión, todos los sectores productivos han acabado con saldo negativo en la creación de empleo.

Estamos ante una de las Encuestas de Población Activas (EPA) que con más incógnitas se presenta. Normalmente, esta primera EPA del año suele reflejar datos negativos para el empleo y este año, con la pandemia, los datos han empeorado ostensiblemente.

Después de muchos meses de datos negativos en la evolución de los datos de empleo en España, febrero nos ha dado un pequeño respiro y nos hace afrontar los próximos meses de bonanza laboral (por la inminente Semana Santa) con algo más de optimismo.

A pesar de que tradicionalmente enero no es un buen mes para el empleo (fin de la campaña navideña), este año, los datos han sido peores de lo que la mayoría de los analistas pensábamos. El invierno no suele ser una buena estación para el empleo, pero, en este caso, parece que los peores augurios se confirman y que será un momento extremadamente complicado para nuestra economía y, por lo tanto, para el empleo.

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Parece que ni el Black Friday, ni el Cyber Monday, con el tirón del consumo que suponen, han sido capaces de atenuar la ralentización que está sufriendo nuestro mercado de trabajo. Si octubre de 2018 (a pesar del tirón del gasto público) fue un auténtico desastre, este año vemos un panorama aún peor que marca una tendencia realmente preocupante.

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Después de los malos datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), las cifras de desempleo registrados en el Servicio Público de Empleo Estatal han ido en consonancia a lo esperado y se han empeorado las cifras del mismo mes del año pasado.

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Como dice nuestro refranero, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. No hay duda de que cuando nos exponemos a situaciones de riesgo, tarde o temprano, quedamos atrapadas por ellas. De esta manera, observamos cómo, por un lado, gracias a la temporada estival, hemos aumentado el número de ocupados y, por otro, cómo el paro ha disminuido. Si nos quedamos sólo con este dato podría dar la impresión de que los datos conocidos en la tercera encuesta de población activa de 2019 son buenos. Pero, como siempre, hay que hacer un análisis mucho más profundo para determinar las razones por las que los datos recibidos son pésimos.

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Como viene siendo habitual, tras los malos datos del mes de agosto, septiembre ha sido un mes donde ha empeorado el empleo y ha mejorado la afiliación a la Seguridad Social, más concretamente, el número de desempleados ha subido en algo más de 13.000 personas, dejando el número de desempleados totales en casi 3,1 millones.

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Por desgracia, un año más, los resultados del mes de agosto han sido nefastos para nuestro mercado de trabajo. La destrucción de contratos en el mes de agosto (como consecuencia del fin del verano), la falta de perspectivas de la industria y la incertidumbre de la construcción ante el enfriamiento de las expectativas económicas nos han dejado un número de desempleados que aumentó en más de 54.000 personas y, lo que es más importante, una pérdida de más de 212.000 cotizantes a la Seguridad Social (el peor dato desde 2008, año en el que se empezó a vislumbrar el alcance de la crisis); lo que viene a confirmar lo que los analistas preveíamos desde el segundo semestre del año 2018. Todo esto se ha resuelto con 3.065.804 personas inscritas en el Servicio Público de Empleo Estatal.

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Como muchos analistas esperábamos, los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo semestre del 2019 han confirmado una desaceleración en la creación de empleo y una importante reducción del paro con respecto a abril, mayo y junio del año pasado. Debemos destacar que la ocupación en este trimestre ha aumentado en 333.000 personas, lo que supone un descenso de casi el 30 por ciento con respecto al 2018, y el paro ha bajado en 123.000 personas, lo que supone un importante retroceso también.