Gracias la colaboración de los usuarios
Cada martillazo que los yihadistas del Estado Islámico propinaban con saña contra las esculturas del Museo de Mosul (Irak) en febrero de 2015 ha quedado grabado en la memoria colectiva de los ciudadanos de occidente, atónitos al observar un vídeo que corría por los medios de comunicación y las redes sociales. Ese era el objetivo: provocar el horror y la indignación destruyendo vestigios de Mesopotamia, la cuna de las primeras civilizaciones y un vínculo entre Oriente y Occidente.