Las horas de trabajo perdidas por incapacidad temporal y otras causas han tenido un coste global de 1.575,3 millones de euros en 2018 en la comunidad aragonesa en la que se ha incrementado el absentismo laboral por estos motivos un 40% desde el año 2013 hasta 2018 en el caso de la incapacidad temporal y del 50% por otras causas. Desde CEOE Aragón urgen a abordar en profundidad el absentismo laboral más allá de la supresión de medidas de escaso efecto como la supresión del despido por bajas intermitentes reiteradas.
Tras los años de crisis económica previa (2008-2012), el absentismo laboral por incapacidad temporal (IT) y otras causas ha vuelto a aumentar y a registrar una tendencia creciente.
Tan solo en Aragón, en el año 2018, los datos de la IT y otras causas hicieron que el absentismo laboral alcanzase el 4,25% de las horas efectivas de trabajo. Esto supone una pérdida anual de 36 millones de horas de trabajo, según las estimaciones realizadas por CEOE Aragón en relación a los datos del último año con información completa de la Encuesta Trimestral del Coste Laboral del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Estos datos equivaldrían además a que cada trabajador hubiese faltado 65,7 horas a su puesto de trabajo por estas causas o, lo que es lo mismo, que algo más de 23.278 trabajadores no hubiesen acudido al mismo ningún día ese año.
Este absentismo laboral en 2018 en Aragón ha conllevado un coste global de 1.575,3 millones de euros de los que 1.489 millones se corresponden con la IT -el 85,5% de los procesos por contingencias comunes, no vinculadas al trabajo, según los datos nacionales de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) con 33,99 millones de horas de trabajo no realizadas y 86,3 millones son por otras causas sin justificar por las 1,97 millones de horas no realizadas.
Este coste total del absentismo laboral por IT y otras causas alcanzaría el 4,25% del PIB. Una cifra que, además, se observa que crece de forma continuada en el conjunto de España y con tendencia creciente también en los datos que hay disponibles del ejercicio de 2019. De hecho, el período 2008-2012 son los únicos años en los que el absentismo laboral ha disminuido desde el inicio de este siglo.
Estos datos preocupan a las empresas españolas y aragonesas por lo que desde CEOE Aragón se considera urgente que se aborde en profundidad el absentismo laboral y no solo desde el punto de vista de medidas concretas como la supresión del despido por bajas intermitentes reiteradas (artículo 52 d del Estatuto de los Trabajadores sobre el despido por faltas de asistencia al trabajo intermitentes, sean o no justificadas(, ya que su utilización ha sido prácticamente residual. No fue hasta octubre de 2019, cuando el Tribunal Constitucional tuvo que pronunciarse a raíz de un caso concreto en relación a este artículo derogado por el Gobierno de España el pasado martes.
Según explican desde CEOE Aragón, "el artículo tenía el objetivo de proteger el conjunto de los empleos y la actividad de empresas cuyo funcionamiento y continuidad se viese amenazado por la reiteración por un trabajador de estas bajas, prácticamente imposibles de sustituir y gestionar, especialmente en el caso de micropymes y empresas intensivas en mano de obra con alto volumen de trabajo".
Para CEOE Aragón, el absentismo laboral debe afrontarse de forma global desde el Ámbito de las Administraciones Públicas y de la negociación colectiva, analizándose también su volumen y el crecimiento sostenido tanto en España como en Aragón con la excepción de los períodos de crisis económica.
Un debate que todavía es aún más necesario en un entorno de ralentización económica, ya que afecta a la productividad de las empresas, a la capacidad competitiva de la economía aragonesa y española, a los ingresos públicos, al clima laboral y al conjunto de los trabajadores.
Entre las medidas para abordar todo este análisis y debate del absentismo laboral, CEOE Aragón aboga por mejorar su tratamiento en la negociación colectiva, tratando aspectos sanitarios vinculados con el absentismo por IT, desde la eficacia en su gestión hasta las listas de espera y la coordinación entre el Servicio Público de Salud, el INSS y las entidades colaboradoras.
Además, propone continuar trabajando activamente en Seguridad y Salud Laboral, así como en el incremento de la cultura preventiva global entre empresarios y trabajadores y en la reducción del "presentismo".
Con estas acciones, entre otras propuestas, se contribuirá a paliar este "problema grave", que tiene consecuencias sobre las empresas en cuanto a productividad y costes, pero que también repercute en el ambiente laboral y en la carga de trabajo.
Además, las consecuencias llegan a la Administración a través del gasto público, afectando a su vez a la capacidad de inversión por el coste del pago de las prestaciones y la reducción en recaudación de impuestos.