Aragón

Drones y satélites, aliados para un campo más competitivo

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El uso de drones y el monitoreo de parcelas vía satélite son algunas de las soluciones tecnológicas de la empresa Corteva, que permiten disponer de información actualizada para mejorar la toma de decisiones en el campo y ser más competitivos y sostenibles.

En 30 años, se prevé que la población mundial sea de 10.000 millones de personas, siendo necesario aumentar la producción de alimentos en aproximadamente un 70%. Pero, la superficie para cultivar está disminuyendo y también el agua es un recurso escaso. "Son dos problemas que están afectando a las granjas y explotaciones agrícolas", según ha explicado Flavio Cozzoli, responsable del Área Digital e Innovación para Corteva Agrisciende en Europa, empresa especializada en tecnología para el sector agrícola aplicada a semillas, protección de cultivos y agricultura digital.

Dentro de este contexto, "hay dos líneas principales: la genética e ir hacia prácticas más sostenibles. Estamos explorando diferentes soluciones. Una de ellas es la agricultura de precisión" a través de diferentes servicios de digitalización, que pueden implementarse no solo en grandes explotaciones, sino también en aquellas de tamaño medio, que son las predominantes en el Sur de Europa y en países concretos como España, Italia o Grecia.

La empresa ha comenzado a desplegar en el territorio nacional sus diferentes servicios, que pasan por utilizar drones, imágenes por satélite, sensores remotos y diferentes tipos de software, entre otros, con el fin de facilitar la toma de decisiones en el campo por parte de técnicos y agricultores en función de las necesidades de cada cultivo para su optimización y lograr ser más productivos en términos económicos y medioambientales.

Una de estas soluciones se centra en el empleo de drones en los que "utilizamos cámaras multiespectrales y cámaras RGB para hacer estudios de los cultivos como el maíz para, por ejemplo, ver la mayor o menor tolerancia de los híbridos ante la sequía", según ha explicado Daniel Greño, Area Sales Manager Cataluña y Huesca de Corteva, quien indica que es un sistema que también están utilizando en España con otros cultivos como el arroz, girasol o la colza.

Este sistema permite que, por ejemplo, en 15 minutos, los drones inspeccionen un campo de 65 hectáreas aproximadamente con el fin de identificar variaciones en el suelo y en la salud de las plantas. Un proceso con el que se obtienen imágenes, disponiendo los agricultores de acceso directo a estas vistas áreas y a los datos en tiempo real para ser tenidos en cuenta en la toma de decisiones. Es una información útil, que igualmente facilita la ejecución de acciones de manera inmediata y la solución de problemas al detectarse falta de riego en una zona, observar que un cultivo está brotando peor de lo esperado o enfermedades y plagas, aunque también se puede emplear para sugerir las ubicaciones en la superficie a cultivar para su optimización, entre otras utilidades.

El empleo de drones presenta otras ventajas adicionales, ya que permite obtener imágenes con mayor frecuencia que otros sistemas, abordar campos de menores dimensiones y obtener imágenes con gran precisión para disponer de información. Un sistema que Corteva no solo está aplicando en parcelas de explotaciones agrícolas, sino que también está utilizando en diversos ensayos en colaboración con universidades como la de Lérida.

Bajo la superficie del suelo

Esta solución, además, es posible emplearla con otras herramientas de la empresa. "Siempre trabajamos con capas de información del suelo, índice de vegetación... con el fin encontrar la causa de una situación en un cultivo", lo que incluye también el análisis del suelo. De hecho, con la herramienta Penetrologger, se "hacen mapas bajo la superficie del cultivo con el fin de ver problemas de compactación" u otros que están debajo del suelo y no se observan con los drones o vía satélite, añade Greño.

La información que se extrae de las imágenes captadas por los vehículos aéreos no tripulados también es posible combinarlas con las captadas vía satélite para, por ejemplo, disponer de mapas de prescripción de abonado o de los datos necesarios para una optimización de las semillas según el potencial productivo de la parcela y de los nutrientes.

Esta plataforma digital de imágenes por satélite de Corteva se está empleando ya en España en cultivos como el maíz, el girasol y la colza, y de manera más puntual en el arroz y la alfalfa. En la actualidad, la empresa cubre más de 3.200 parcelas, sumando más de 50.000 hectáreas. Una superficie controlada que prevé aumentar hasta en diez veces este año con la incorporación de nuevas herramientas y equipo técnico.

La información obtenida con estas imágenes no solo es útil para detectar posibles problemas en el campo o conocer la situación real de los cultivos, sino que también es posible emplearla como "pista" para entrar y salir de la parcela ante cualquier problema, ya que en muchos campos es difícil determinar la posición exacta por la falta de referencias.

Es información que, a su vez, sirve de base de datos para comparar las parcelas con su estado hace un año, por ejemplo, así como los baches de cultivo, las necesidades de riego y demanda de agua, acumulación de calor... Además, es posible hacer un seguimiento exhaustivo de la parcela, ya que "cada semana se manda una imagen con la situación del cultivo y recomendaciones de riego", añade Daniel Greño. Esto a su vez tiene la ventaja de que permite al agricultor pedir con tiempo a la comunidad de regantes la cantidad de agua que necesita para regar.

Esta plataforma digital se completa con distintos softwares para la actualización de las capas, el geoprocesamiento de la información geográfica espacial y la exploración de los datos a través de estadísticas. También se cuenta con una aplicación para consultar las imágenes de satélite recientes y pasadas sobre el estado de la parcela y de cada uno de sus cultivos. Los servicios de Corteva incluyen a su vez recibir información vía WhatsApp cuando el cultivo ha empezado a desarrollarse en el suelo con las estimaciones hídricas de cada parcela.

Además, la secuencia temporal de las imágenes por satélite permite determinar zonas de mayor o menor productividad de la parcela, que aparecen por factores como el suelo, la textura, la estructura, el pH o la profundidad, entre otros.

La combinación de imágenes por satélite y drones ha permitido ya que muchas explotaciones hayan mejorado en relación a semanas anteriores. Unos resultados ante los que, ahora, el sector tiene que dar el paso hacia esa digitalización. "La tecnología es simple. El problema está en la mentalidad. Creemos que es un período de transición entre las generaciones más antiguas y las nuevas que exploran otras posibilidades. La sostenibilidad es sostenible y solo se necesita saber cuál es la solución que más se adapta para conseguir los mejores resultados", afirma Flavio Cozzoli.

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