
Son muchas las empresas que, a lo largo de su trayectoria, pueden atravesar momentos de dificultades económicas debido a una mala gestión interna o, por el contrario, a factores externos, como puede ser el auge de las compras online, que está llevando a la desaparición del comercio más tradicional, el presencial, con el cierre de numerosas tiendas físicas en todos los sectores.
De hecho, recientemente, se ha conocido la noticia de que la mítica empresa británica de venta al por menor, Poundland, fundada en 1990, en Staffordshire, que dispone de más de 800 tiendas y 14.700 empleados, cerraría 68 de sus locales, después de venderlos por el precio simbólico de una libra.
Ante tal situación, se planteaba la posibilidad de que Poundland entrase en administración, lo que en Reino Unido quiere decir que comienza un proceso legal bajo la Ley de Insolvencia de 1986, donde un administrador profesional se hace cargo del control de la empresa para gestionar el negocio y rescatar a la empresa en lugar de liquidarla.
Sin embargo, la empresa ha evitado este proceso y, finalmente, no entrará en administración, gracias a la aprobación de un plan de reestructuración, aprobado en el último momento, justo antes de que la empresa fuera puesta a disposición del proceso legal.
De hecho, los abogados del minorista habían dicho en una audiencia que la empresa sería puesta bajo administración este viernes y que se quedaría sin dinero el domingo 7 de septiembre si el plan no era aprobado. Pero, finalmente, un juez del Tribunal Superior aprobó dicho plan, que inyectará hasta 60 millones de libras (casi 70 millones de euros), tal y como recoge el medio británico ITVX.
El desempeño de la empresa cayó en picado
Concretamente, los 60 millones de libras serán en concepto de nuevos fondos para mantener a la empresa de venta minorista a flote, después de que haya atravesado un mal momento: "El grupo estaba teniendo un buen desempeño antes y durante la pandemia de Covid-19. Sin embargo, el negocio ha atravesado dificultades en los últimos dos años en un entorno minorista británico cada vez más complejo", explicaba Tom Smith, de Poundland Limited, que también indicaba que la "rentabilidad ha disminuido drásticamente".
Ante estos desafíos, la respuesta de Poundland fue ampliar su oferta, incluyendo productos refrigerados y congelados, además de introducir la venta online. Sin embargo, tanto los nuevos productos como el nuevo servicio de venta aumentó los costes operativos, por lo que finalmente han optado por el plan de restructuración para aumentar el líquido de la empresa, al mismo tiempo que se atrasan los pagos de los préstamos hasta 2028.
De hecho, el minorista ya había anunciado el cierre de varias decenas de sus tiendas, al mismo tiempo que cerraría su sitio de distribución congelado a finales de este año y otro almacén en Springvale a principios del próximo año, lo que afectaría a otros 350 puestos de trabajo. La compañía también planea detener las ventas en línea a través de su sitio web el próximo mes y retirar su aplicación Perks.
"En las próximas semanas, nos centraremos en retomar el rumbo, renovando las gamas, bajando los precios y creando el Poundland más sencillo y específico que sabemos que nuestros clientes esperan con ansias", concluyó Barry Williams, director general de Poundland.
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