
El Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) ha revelado que, en lo que va de verano, se han producido nada más y nada menos que un total de 2.635 muertes achacables a las altas temperaturas. De ellas, casi la mitad (1.149) se han registrado durante la ola de calor iniciada el 3 de agosto y que llegó a su fin este pasado lunes.
La inmensa mayoría de los fallecidos por calor han sido personas de más de 65 años (2.529) y, en especial, a partir de 75 (2.347, de los que 1 747 tenían 85 o más), según la valoración para este periodo estival, que comprende del 15 de mayo al 30 de septiembre.
En profundidad
Por suerte, el calor parece que nos dará un respiro a todo el país a partir del fin de semana. Todas las miradas están puestas en el domingo, cuando llega un cambio importante de tiempo "que puede traer sistemas atlánticos cargados de humedad y precipitaciones", según ha manifestado el portavoz de la AEMET, José Luis Camacho, en 'Cadena Ser'.
De hecho, se prevé lluvia a partir del 24 de agosto al noroeste de la Península y ciertos expertos ya hablan de la llegada de una posible DANA. Pese a ello, son muchos los españoles que siguen sin acostumbrarse a este ambiente, sobre todo por la noche, y optan por dormir con la ventana abierta.
Más detalles
Aunque pueda parecer algo que no tiene mayor importancia, lo cierto es que podría ser nocivo para la salud, especialmente si se cuela el ruido por la noche. O al menos así lo ha explicado el doctor Miguel Lanaspa, pediatra en el Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona) en un artículo.
A su juicio, dormir en entornos ruidosos o la presencia de ruidos no deseados e inesperados "fracciona todo el sueño, rompe el ciclo y priva al organismo de los beneficios de las fases más profundas como pueden ser la bajada de presión sanguínea, la producción de serotonina y la consolidación de los recuerdos del día anterior".
A tener en cuenta
De ahí que no sea recomendable, en concreto si se trata de un ambiente urbano. "Una mala higiene del sueño aumenta el estrés emocional, que se manifiesta generalmente como irritabilidad en niños y distimia o depresión en adultos", ha hecho hincapié de manera contundente.
"El ruido de fondo en las ciudades supone un ronroneo muy parecido a vivir cerca de un viejo aparato de aire acondicionado constantemente encendido", ha concluido. Ante este panorama, cabe destacar que el aire acondicionado o el ventilador son las mejores opciones. Eso sí, siempre que sea posible.