
El café se ha convertido en uno de los productos más robados en el comercio minorista alemán, lo que ha llevado a que muchas tiendas empiecen a protegerlo bajo llave. Frank Horst, experto en comercio del instituto de investigación EHI en Colonia, señala que esta situación no es nueva, pero que en los últimos años ha crecido de manera significativa. "No es extraño que en ocasiones se vacíen estanterías completas de café", advierte.
En profundidad
Horst explica que la falta de personal en muchas tiendas contribuye a que estos hurtos pasen desapercibidos, lo que impulsa a los establecimientos a implementar medidas de seguridad más estrictas. Entre ellas, destacan la colocación de paquetes de café en vitrinas cerradas y su entrega solo bajo pedido directo del cliente.
Estas acciones son más comunes en grandes ciudades, aunque también se registran en zonas rurales. Los paquetes de café en grano de un kilo son los más apetecidos por los ladrones.
El instituto EHI realiza encuestas anuales entre diversas empresas del sector minorista, donde se analizan las pérdidas por robos, tanto a manos de clientes como de empleados y otros responsables.
Respecto al tema, la cadena de supermercados Rewe comenta que, según su evaluación, los robos de café son casos aislados que se concentran en zonas conflictivas. Rewe insiste en que la protección estricta del café aún no es una práctica generalizada, pues limitar el acceso a estos productos no resulta práctico ni para clientes ni para el personal. Además, su surtido de cafés ocupa varios metros en las estanterías.
Por otro lado, un portavoz de los hipermercados Kaufland confirma que en algunas sucursales aplican medidas de seguridad específicas para productos como el café en grano, incluyendo cajas protectoras y presencia de personal de seguridad. No obstante, indican que los robos representan menos del 0,1 % de los contactos con clientes. Las cadenas Aldi y Lidl prefirieron no hacer comentarios sobre este tema.
Más detalles
Según Frank Horst, el incremento en los robos de café está directamente relacionado con la fuerte subida de precios. Datos de la Oficina Federal de Estadística (Destatis) muestran que, en junio, el café en grano costaba en promedio un 45 % más que en 2020.
Actualmente, paquetes de un kilo de marcas reconocidas como Dallmayr, Melitta y Jacobs alcanzan precios de hasta 20 euros (equivalente a 23 dólares) o incluso más en ciertos casos. Esta inflación se atribuye a las mayores tarifas de las materias primas, derivadas de sequías y malas cosechas en países productores clave.
Horst señala que para algunos consumidores el robo de café es una forma de protesta contra los elevados precios, mientras que para otros responde a necesidades personales. Además, el café es un producto codiciado por bandas organizadas y en delitos vinculados a la reventa, dado que es fácil de comercializar.
A tener en cuenta
El instituto EHI destaca que los daños causados por hurtos en tiendas siguen creciendo. En 2024, los clientes sustrajeron productos por un valor aproximado de 2.950 millones de euros (unos 3.400 millones de dólares), lo que supone un aumento del 4,6 % en comparación con el año anterior.