Los pulmones, como bien todos sabemos, son órganos vitales del sistema respiratorio encargados del intercambio de gases esenciales para la vida. Este procedimiento empieza cuando inhalamos aire a través de la nariz o la boca, que desciende por la tráquea y se dirige hacia los bronquios.
Cada pulmón esta formado por lóbulos que permiten una distribución eficiente tanto a corto como a largo plazo del aire y la sangre. El pulmón derecho, más grande, tiene tres lóbulos, mientras que el izquierdo tiene dos lóbulos debido al espacio ocupado por el corazón.
En profundidad
Por lo general, unos pulmones sanos ayudan de manera considerable a oxigenarse y a eliminar el gas residual (dióxido de carbono). Y es que, por desgracia, la función pulmonar puede verse afectada por algunas enfermedades o por la exposición a sustancias tóxicas.
Para limpiar los pulmones de manera natural, se recomienda evitar el humo del tabaco y otros contaminante, considerar las terapias de vapor con eucalipto o menta, levar a cabo ejercicios de respiración profunda, consumir alimentos bastante ricos en antioxidantes y antiinflamatorios y beber una gran cantidad de agua.
Más detalles
Precisamente este último punto es muy importante. Es más, la hidratación adecuada ayuda a diluir la mucosidad, facilitando su expulsión y previniendo la congestión en todas las vías respiratorias. Por si esto fuera poco, mejora la función respiratoria de cualquier individuo, sin importar su edad.
A pesar de que la cantidad de agua que se tiene que beber a diario varía en función de la persona, la realidad es que existe una recomendación general para adultos: de 2 a 2.5 litros. Según expertos en salud, puede aumentar dependiendo del nivel de actividad física, el clima y la salud individual.