Muchas personas están preocupadas, ya que la popular costumbre de sacar unas sillas a la puerta de casa y tomar el fresco, podría ser motivo de sanción. Así, como suena, al parecer este gesto tan típico del verano en los pueblos, está sujeto a regulación, tal y como informa la Policía de Santa Fe: "Sabemos que sacar sillas o mesas a la puerta es tradición en muchos pueblos, pero la vía pública está regulada. Si la Policía pide retirarlas, hazlo por respeto y convivencia. Con civismo y sentido común no hay molestias. ¡Gracias por colaborar!".
Tras un gran revuelo en redes sociales, ya que muchas personas afirman que se trata de una costumbre muy típica y que es un método de socialización muy efectivo en pueblos, donde la gran mayoría de la población son personas mayores, los expertos han salido a explicar la normativa, que varía según el municipio.
Así pues, salir a la fresca está regulado por la Ley de Bases de Régimen Local (Ley 7/1985), ya que, según indica el artículo 139: "Para la adecuada ordenación de las relaciones de convivencia de interés local y del uso de sus servicios, equipamientos, infraestructuras, instalaciones y espacios públicos, los entes locales podrán, en defecto de normativa sectorial específica, establecer los tipos de las infracciones e imponer sanciones por el incumplimiento de deberes, prohibiciones o limitaciones contenidos en las correspondientes ordenanzas".
El abogado laboralista Miguel Benito Barrionuevo (@empleado_informado) lo explica en sus redes sociales: "Lo primero que hay que tener en cuenta es dónde se lleva a cabo esta práctica, porque no tiene nada que ver que se realice en una gran ciudad como Madrid (donde está expresamente prohibido sacar sillas a la acera), a que pase en un pueblo pequeño, como cualquiera de España".
Según informa, en los pueblos pequeños no está expresamente prohibida esta costumbre, de hecho es una práctica que está bien vista, sin embargo, si ocasiona algún tipo de molestia en aquellos pueblos un poco más grandes, sí puede aparecer la Policía Local tanto exigiendo la retirada como imponiendo sanciones: "Si se está haciendo mucho ruido, si se está obstruyendo el paso o si se está acumulando o tirando basura".
En definitiva, en aquellos pueblos donde se ha realizado esta costumbre durante décadas, sin ocasionar ningún tipo de perjuicio, no debería haber ningún problema. Por el contrario, en pueblos medianos o donde hay quejas al respecto de sacar las sillas a la puerta de casa, es probable que la Policía Local pida su retirada.