
Andalucía continúa avanzando en su Estrategia de Aguas Regeneradas con la que espera convertirse en la comunidad autónoma que mayor volumen de agua depure y recicle de España. A través de esta hoja de ruta, que contempla una inversión de 400 millones de euros hasta 2027, el Gobierno de Juanma Moreno pretende dar respuesta a una demanda histórica del sector agrícola, que necesita más agua de calidad para mantener su productividad y, al mismo tiempo, paliar las consecuencias de la crisis climática que está afectando con intensidad a la región haciendo que el régimen de precipitaciones sea cada vez más desordenado, escaso e impredecible.
Con el objetivo de impulsar el uso de estos recursos no convencionales en las explotaciones agrícolas, la Junta ha puesto en marcha el Plan Parra, una iniciativa que prevé movilizar alrededor de 165 millones de euros para implantar tratamientos terciarios en diferentes depuradoras andaluzas y construir conducciones que transporten las aguas regeneradas que se obtienen hasta las fincas agrícolas y balsas de regulación, lo que permitirá cumplir con uno de los objetivos recogidos en el Plan Hidrológico de la cuenca: el aprovechamiento de hasta 20 hectómetros cúbicos de aguas regeneradas. Todas estas actuaciones han sido declaradas de interés para la Comunidad y se incluyen en el IV Decreto de Sequía.
Las obras para construir las conducciones ya han comenzado a ejecutarse en Granada y Málaga y próximamente se iniciarán también en Almería hasta alcanzar todas las provincias andaluzas mejorando la disponibilidad de agua en un total de 25 comunidades de regantes dedicadas principalmente al cultivo de viñas, olivos, frutos rojos o cítricos.
Entre los trabajos ya iniciados destaca la conexión de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Rincón de la Victoria con la zona regable del Guaro, en el sistema de explotación Viñuela-Axarquía, que beneficiará a un millar de regantes que reúnen cerca de 6.600 hectáreas de cultivos. En la provincia de Granada han comenzado los trabajos del sistema de explotación Béznar-Rules que mejorará la disponibilidad de recursos hídricos para más de 1.400 agricultores que cuentan con 1.800 hectáreas mediante el traslado de agua regenerada desde la EDAR de La Herradura hasta los regadíos de la Comarca de la Costa, para después conectar los tratamientos terciarios de la depuradora de Almuñécar con la zona regable de Río Verde.
En Córdoba, el plan llegará a los regantes de Aguilar de la Frontera, Lucena, Baena, Espejo, Montoro y Puente Genil; en Huelva, a los de Bollullos Par del Condado y Almonte; en Jaén alcanzará seis municipios entre los que se encuentran Alcalá la Real o Úbeda, y en Sevilla a otras seis comunidades en localidades como Arahal o Herrera.
Beneficios más allá del riego
Gracias a estas conducciones, los agricultores no solo podrán disponer de más recursos hídricos para regar sus cultivos, sino que también contarán con una fuente de suministro garantizada en todo momento, ya que el agua regenerada no depende de la estacionalidad ni se ve afectada por épocas de sequía. Este sistema también contribuirá a mejorar la cantidad disponible para abastecimiento humano al reducir el consumo agrícola de fuentes convencionales. Y, más allá, el aprovechamiento del agua regenerada en el campo andaluz ayudará a conservar los recursos naturales y a incrementar la rentabilidad de las explotaciones, puesto que estas aguas son ricas en nutrientes y permiten reducir el gasto en fertilizantes.
A las primeras intervenciones del Plan Parra le seguirán otros proyectos incluidos en la planificación global de obras hidráulicas que ha diseñado el Gobierno autonómico con el fin de aumentar la garantía de recursos hídricos disponibles para el sector agrícola. Así, en colaboración con Seiasa, el Ejecutivo regional destinará otros 140 millones a la implementación del Plan RegadíA para modernizar los sistemas de riego, ocho millones para mejorar la eficiencia energética y otros 12 millones para ayudar a los regantes a construir balsas e incrementar la capacidad de almacenamiento. En total, 325 millones destinados a garantizar agua en el campo.