
ATA, la Federación de Asociaciones de Autónomos de España, ha sufrido el robo de todos sus datos en un ciberataque sin precedentes en la organización que ha dejado además al descubierto información sobre sus asociados.
A mediados del pasado mes de febrero, el grupo de ciberdelincuencia Arikos anunció en un conocido foro de la dark web que había logrado acceder a una base de datos con 240.000 registros de nombres y apellidos, 110.000 direcciones de correo electrónico, 244.000 números de teléfono, 110.000 códigos postales y 60.000 fechas de nacimiento, además de otros datos adicionales que en ese momento no se llegaron a especificar. El robo de los datos habría afectado incluso al presidente de la organización, Lorenzo Amor. ATA, que en un primer momento aseguró que no había detectado ninguna actividad anómala, procedió sin embargo a la apertura de una investigación interna, y tras detectar que el ciberataque, efectivamente, se había producido y que los datos podían haber salido a la venta, presentó la correspondiente denuncia ante la Policía Nacional, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) y la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).
Elecciones
Los hechos han ocurrido en un momento especialmente complicado debido al malestar creciente por las sospechas de guerra sucia entre las organizaciones empresariales ante las próximas elecciones en Cepyme. ATA ha apoyado abiertamente a Ángela de Miguel, la candidato del presidente de CEOE, Antonio Garamendi, frente al actual presidente de la patronal de la pequeña y mediana empresa, Gerardo Cuerva.
En Cepyme no se entiende esta interferencia y uno de sus vicepresidentes, José Manuel de Riva, ha llegado a denunciar al presidente de ATA por un posible conflicto de intereses ante la Comisión de Régimen Interno de la patronal. De Riva considera que Amor no puede posicionarse puesto que incurre en un posible conflicto de interses ya que la empresa de su mujer, Lirmmi Consulting, está facturando servicios tanto a ATA Andalucía como al diario digital Autónomos y Emprendedores, ligado a la organización de los autónomos, y a varias empresas ligadas con miembros de CEOE. "ATA no es una organización empresarial, es una gestoría con que Lorenzo Amor hace negocios", llegó a asegurar en una entrevista con elEconomista.es.
Lirmmi Consulting, la empresa propiedad de Irene Galisteo, la mujer de Lorenzo Amor, está domiciliada en la vivienda familiar del matrimonio (Aravaca), fue constituida en 2021 y tiene un patrimonio neto negativo de 33.228 euros. Pese a que en apenas un año la compañía duplicó su facturación, pasando de ingresar 130.267 euros a 263.352 euros, registró unas pérdidas de 32.479 euros, cinco veces más que un año antes. La sociedad tiene tan solo dos empleados, según figura en las últimas cuentas disponibles en el Registro, pero sus gastos de personal superan los 220.000 euros frente a los 66.600 que destinó el año pasado. Más allá de tener la sede en la vivienda particular, de acuerdo con la documentación a la que ha tenido acceso este periódico, la empresa tiene contratada además a la empleada de hogar de Lorenzo Amor.