
La vida son ciclos, sea cual sea el entorno del que se hable. También en la empresa, y más en las que su estructura se basa en la familia. En España, nueve de cada diez empresas son familiares, representando en conjunto el 70% del empleo, según el último informe del Instituto de la Empresa Familiar (IEF). Planificar por ello la sucesión en estas empresas es clave para el devenir de la misma cuando la generación que inició el proyecto ya no lo dirija. En este sentido, son muchas las que han dado -y están dando- pasos en esta dirección para dejar en sus hijos el legado de sus gigantes empresariales.
El último ejemplo más representativo es el de Patricia Riberas. La hija de Francisco José Riberas pasará a formar parte del consejo de administración como consejera ejecutiva una vez lo reafirme la junta de accionistas de Gestamp, la multinacional de fabricación de componentes para la industria de automoción que comenzó con Francisco Riberas Pampliega, abuelo de Patricia, aunque su padre y su tío, Jon Riberas, diversificaron la antigua Gonvarri para convertirla en lo que es hoy en día.
Patricia, licenciada en finanzas y gestión estratégica en Babson College (Massachusetts, EEUU) y máster de administración empresarial por la Universidad de Columbia, llegó a Gestamp en 2018 como directora de Marketing y Controlling de ventas hasta ascender por última vez hace un par de años a directora de Excelencia Operacional. Ahora entra de lleno en el gobierno de la compañía con mando ejecutivo, si bien la eventual sucesión aún está muy lejana, toda vez que Francisco Riberas alcanza este año los 61 años de edad.
Otro ejemplo de compañía que está evolucionando hacia una futura sucesión es Acciona. La empresa de infraestructuras tiene casi todo el camino recorrido con el recién nombramiento de José Entrecanales, hijo del CEO José Manuel Entrecanales (Madrid, 1963), como director financiero del grupo. Hasta ahora había desarrollado su carrera dentro de Acciona Energía, pero tras el anuncio de ruptura del pacto entre las dos ramas familiares que controlan la compañía (los Entrecanales Domecq y los Entrecanales Franco), se ha despejado el camino para el futuro heredero.
A sus 34 años, José Entrecanales asumen galones principales en la ejecutiva de Acciona. Lo hace en un momento en el que el grupo se halla en plena revisión estratégica respecto a su filial de Energía. Tras apenas cuatro años cotizando en solitario, los Entrecanales analizan ahora diversas opciones corporativas ante la negativa evolución de la cotización de la subsidiaria energética, miembro también del Ibex 35, en los últimos meses. La fusión con la matriz es una posibilidad, como también lo es la exclusión de bolsa, realizar un spin off, dar entrada a un socio o mantenerse como hasta ahora.
Ferrovial es otra gran compañía de origen familiar que también avanza en la sucesión. Al igual que Gestamp y Acciona, se encuentran ahora en el trasvase hacia lo que es la tercera generación, que según el IEF, es la etapa más crítica. De acuerdo con los datos del último informe de la organización, en España las empresas familiares con tres generaciones o más a sus espaldas apenas representan el 1,3% del total, siendo esa segunda generación la barrera de continuidad para muchas –actualmente estas tienen el 30,9% del total–.
Por ello, la familia Del Pino ha ido, de forma progresiva, ascendiendo a Ignacio del Pino y cada vez dándole más responsabilidades. En 2023, Rafael del Pino, presidente del grupo, ascendió a su hijo Ignacio a director financiero corporativo. Tan solo un año después, el segundo de sus seis hijos pasó a ser director general de Inversiones y se incorporó al comité de dirección de Ferrovial reportando a Ignacio Madridejos, consejero delegado. Otro paso más para un legado que le llegará a Ignacio antes o después, teniendo en cuenta que su padre tiene 66 años.
En el último año también ha habido desenlaces sucesorios, pero por motivos más trágicos. Es el caso de Mango por el fallecimiento de Isak Andic, quien era su presidente. En su caso, el legado ejecutivo no estará en manos familiares, ya que Toni Ruiz es el máximo responsable desde entonces, recayendo en Jonathan Andic, hijo del fundador, la vicepresidencia y el patrimonio de la firma junto a sus hermanas, Judith y Sarah.
Otro imperio familiar con una amplia trayectoria en el mundo empresarial español son los March. Lo inició Juan March Ordinas, que comenzó su carrera en Mallorca en los negocios del tabaco y el ganado, hasta que en 1926 creó su gran obra, Banca March. Esta entidad está inmersa ahora mismo en su cuarta generación, después de que Carlos March se echara a un lado y pasara el testigo presidencial al bisnieto de Juan March de la Lastra, aunque el consejero delegado está fuera de la órbita March –desde 2016 está al frente de la entidad José Luis Acea Rodríguez–.
Amancio Ortega ha creado el mayor grupo empresarial de España y el mayor conglomerado textil del mundo, Inditex. Pero el milmillonario gallego desarrolló un plan de sucesión parecido al implementado ahora con los Andic. La familia Ortega posee casi el 60% y la hija del fundador, Marta Ortega, es presidenta desde abril de 2022, pero no tiene funciones ejecutivas, que recaen en el consejero delegado, Óscar García Maceiras. En otros casos, como Mercadona, se mantiene la incógnita. Juan Roig, presidente y máximo accionista de la compañía, con 75 años de edad, aún no ha dado pistas sobre quién será su sucesor, aunque su hija Juana, que lleva la división online, es la mejor posicionada.
Sin sucesión
No todos los reinados tienen una sucesión clara. Y curiosamente son precisamente los más mediáticos donde el 'rey' no tiene un 'príncipe'. Por ejemplo, Florentino Pérez, que es el fundador y máximo accionista del gigante de la construcción ACS no ha encontrado en ninguno de sus hijos el heredero al que ceder el testigo para seguir con el negocio. El presidente del Real Madrid tiene ya 78 años.
Por último, el caso familiar más convulso de las últimas fechas es el de Grifols. Tras dejar Víctor y Raimon de ser coCEOs, Thomas Glanzmann se hizo con el mando que ostenta ahora Nacho Abia, aunque los Grifols siguen siendo los máximos accionistas.
Los polos opuestos
En Cataluña, cuarta región en España con mayor índice de empresas familiares, tiene personificados el día y la noche en cuanto a sucesiones. La compañía de Perfumería Puig empezó su andadura en 1914 con Antonio Puig, que creó la marca con su apellido. Desde entonces este negocio pasó de manos a sus hijos Antonio, Mariano, José María y Enrique, aunque el segundo fue el más influyente, liderando la expansión internacional del grupo. Puig está ya pilotada por la tercera generación, ya que Marc, nieto del fundador, lleva liderando la compañía desde 2007. Aunque la compañía dio el año pasado el paso a la apertura al mercado con su salida a bolsa, su free float apenas es del 8%.
El caso opuesto es el de Grupo Catalana Occidente (GCO). Prácticamente desde su fundación, la aseguradora de los Serra lleva cotizando –en corros y en el mercado continuo desde 1997–, y ahora, apenas tres años después de la llegada de Hugo Serra, el nieto del fundador acompañado del resto de la familia ha decidido lanzar una opa para sacar a la compañía de bolsa y poder controlar el 100% del capital. Actualmente Catalana Occidente tiene un free float del 33,57%, que la familia prevé adquirir junto a las participaciones de los miembros del consejo y la autocartera de la propia entidad.