
El nuevo mandato de Pedro Sánchez empezó con un revés para el PSC. A pesar de que los 1,2 millones de votos cosechados en Cataluña fueron clave para la reelección del presidente, el peso regional en el Ejecutivo cayó de tres a dos ministros. A pesar del runrún inicial, el equipo que dirige Salvador Illa puede ahora lucir los logros acumulados en los últimos meses; hitos que van desde el reciente retorno de Banc Sabadell a su ciudad de origen hasta la toma de la presidencia de Telefónica por parte de un directivo cercano a los socialistas catalanes y el acercamiento al principal holding empresarial del país, CriteriaCaixa.
El gobierno catalán siempre optó por un perfil bajo a la hora de abordar la carpeta del retorno de las sedes. Lejos de las grandes proclamas, prefirió los contactos discretos. Y los frutos se comienzan a dar, aunque a nadie se le escape que las decisiones tomadas por Laboratorios Ordesa (por motivos de negocio), Cementos Molins (cisma familiar) y Banc Sabadell (motivado por la opa) tengan motivaciones que van mucho más allá de la meramente política.
El president, no obstante, celebró y capitalizó el retorno del Sabadell. Este mismo miércoles aseguró que es una señal "que confirma que vamos por el buen camino" y destacó como pilares de su gestión "la estabilidad y la seguridad jurídica".
Entre bastidores, dirigentes políticos y especialmente del mundo patronal -Foment del Treball, con Josep Sánchez Llibre a la cabeza, lleva mucho tiempo pregonando este discurso- han alfombrado durante meses el ansiado retorno de la entidad vallesana. Aunque las fuentes del microcosmos patronal catalán consultadas por este medio admiten que la fecha finalmente escogida para hacer el anuncio les ha cogido por sorpresa.
En el caso del Sabadell se estudió ya en 2019, cuando la Generalitat estaba presidida por Quim Torra, pero se consideró que no se daban las condiciones adecuadas.
La victoria del PSC es compartida por el propio Gobierno, que tiene en Cataluña un feudo de votos importante. El año pasado, el ministro de Industria, Jordi Hereu, ya explicó que el Ejecutivo estudiaba un modelo de incentivos "en positivo y sin coacciones" para favorecer el retorno de las sedes que se marcharon en 2017 a raíz del referéndum ilegal de independencia.
El proyecto formaba parte de los acuerdos firmados con Junts en verano de 2023 para facilitar la investidura de Sánchez. "Se abordarán los elementos esenciales de un plan para facilitar y promover el regreso a Cataluña de la sede social de las empresas que cambiaron su ubicación a otros territorios en los últimos años", decía el documento.
La medalla del Sabadell no es la única que se cuelga Illa. También luce su acercamiento a CriteriaCaixa. Tras años de simple cordialidad con la Generalitat, el presidente del mayor holding del país, Isidre Fainé, se fotografió con el socialista en el acto de firma del convenio de colaboración para obra social de ambas entidades. La imagen se enviaba cada año durante el mandato de Artur Mas, pero desapareció con Carles Puigdemont, Quim Torra y Pere Aragonès.
La relación no era mala, aunque el independentismo no olvidaba que Fainé fue uno de los cabecillas de la salida de sedes sociales -con la Fundació, Criteria y el resto de participadas en primera fila-. Y aunque no se cargaban las tintas directamente contra él, se marcó distancia de manera pública -no de manera privada, donde las conversaciones se mantuvieron-.
La llegada de Illa al Palau de la Generalitat sirvió para recuperar viejos hábitos. Una costumbre a la que puede haber ayudado Ángel Simón, CEO de Criteria, e históricamente cercano a los socialistas catalanes.
La cercanía con el PSC es incluso más evidente en el caso de Marc Murtra, el escogido por el Gobierno para presidir Telefónica. Procedente de Indra -donde también fue colocado por el Ejecutivo-, fue gerente de servicios sociales del Ayuntamiento de Barcelona y jefe de gabinete de Joan Clos cuando era Ministro de Industria, entre 2006 y 2008. El círculo se cierra si se atiende a su entrada en el patronato de la Fundació La Caixa en 2021.
No es el único exPSC que lidera una Ibex. Maurici Lucena, presidente de Aena, fue diputado en el Parlament -y consejero de Banc Sabadell- y Antonio Llardén, presidente de Enagás, fue regidor socialista en Esplugues de Llobregat y vicepresidente de Caixa Catalunya entre 2004 y 2010. Ha perdido, eso sí, el poder en Renfe que había encadenado con Isaías Táboas y Raúl Blanco.
El PSC power, como en ocasiones se define la influencia de los socialistas en los mentideros políticos catalanes, ha vuelto a lucir músculo desde que Illa se instaló en Plaza Sant Jaume. El próximo 31 de enero, el president tiene previsto dar una conferencia en la Escuela Industrial de Barcelona ante un concurrido auditorio de empresarios y directivos. Allí, Illa podrá presumir del ascendiente logrado entre los círculos económicos, que en parte compensan el fiasco de la negociación de presupuestos.