
Tras estrenarse en Televisión Española, la serie 'Las Abogadas' ha aterrizado en el catálogo de Netflix, con, por el momento, una gran acogida entre los usuarios. Esta serie relata de manera ficcionada la historia de Paca Sauquillo (Almudena Pascual), Cristina Almeida (Elisabeth Casanovas), Lola González (Paula Usero) y Manuela Carmena (Irene Escolar), cuatro abogadas que ejercen desde su despacho en la madrileña calle de Atocha y que vivieron muy de cerca la matanza de Atocha en plena Transición.
Además del famoso despacho laboralista, la serie recrea numerosos emplazamientos de la capital de los años 60 y 70, entre los que destaca tanto la Universidad Politécnica como la Complutense, el Archivo Histórico Nacional, la Diputación de Guadalajara o el barrio de Palomeras.
Precisamente este último lugar —o la recreación del mismo— ocupa gran parte de la serie, siendo el escenario en el que algunas de las protagonistas toman conciencia de clase al ser testigos de la pobreza.
Historia de Palomeras
Palomeras es parte de lo que hoy se conoce como Puente de Vallecas, al sureste de Madrid. Su historia es un reflejo del crecimiento urbano y demográfico de la capital, así como de las luchas obreras y sociales del país.
Hasta que comenzó a ser un asentamiento, Palomeras era el cerro en el que se solían cazar palomas —de ahí su nombre—. Esta zona acogió a miles de migrantes de origen humilde que, tras la Guerra Civil, acudieron a Madrid en busca de oportunidades. Allí, numerosas familias, especialmente de Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura, construyeron su hogar, dando lugar a asentamientos de chabolas.
La falta de planificación urbanística provocó que Palomeras se convirtiera en un lugar con serias carencias de infraestructuras como agua corriente, electricidad, transporte o escuelas. Esto, a su vez, originó un fuerte sentido de comunidad que desembocó en numerosas luchas sociales, especialmente en el ámbito de la vivienda.
En las décadas posteriores de los 60 y los 70, el barrio se erigió como un foco del movimiento vecinal. La presión tanto al gobierno municipal como al estatal tuvo un papel destacado para invertir en la zona y mejorar la infraestructura del barrio. Así, se produjo una fuerte transformación urbana.
La llegada de empresas constructoras y el Plan de Remodelación de Barrios de Chabolas impulsado en los años 70 por el Ayuntamiento de Madrid llevaron a la demolición de muchas de las viviendas precarias y a la construcción de bloques de apartamentos más modernos.
No obstante, el gran cambio para Palomeras llegó con los planes de reurbanización de finales del siglo XX. A través del Plan de Erradicación del Chabolismo, las autoridades lograron relocalizar a muchas familias en viviendas sociales, construyendo nuevos edificios con mejores servicios. Este proceso transformó completamente la fisonomía del barrio.
Se crearon espacios públicos como parques y plazas, y se mejoraron las conexiones de transporte público con el resto de Madrid, especialmente con la ampliación de la red de Metro. La apertura del Parque Lineal de Palomeras y la construcción de nuevos colegios, centros de salud y otras infraestructuras fueron hitos importantes en esta transformación.