
Llegó la hora. Tras la traumática derrota electoral del 12M, ERC renueva este sábado su cúpula directiva en un clima de reproches cruzados y fractura interna. Tres candidatos han conseguido suficientes avales para someterse al escrutinio de los militantes.
El favorito es Oriol Junqueras, que ha encabezado el partido durante los últimos 13 años y que dio un paso atrás en verano para regresar a la presidencia de ERC con el beneplácito de las bases. Se presenta en una lista llamada Militància Decidim acompañado de la concejal en Barcelona Elisenda Alamany, que opta a la secretaría general. Están apoyados, entre otros, por la eurodiputada Diana Riba y Oriol López, uno de los negociadores de la investidura de Illa.
Otras dos plataformas optan a los máximos cargos de la ejecutiva. Por un lado, Nova Esquerra Nacional, respaldada por Marta Rovira y Pere Aragonès, que tiene como números uno y dos al exalcalde de Vilassar de Dalt, Xavier Godàs, y a Alba Camps, miembro de la ejecutiva saliente. Por otro, Foc Nou, con Helena Solà, cuya carrera política está ligada al Ayuntamiento de Cerdanyola del Vallès, y el exconsejero Alfred Bosch, como candidatos a presidenta y secretario general.
Una cuarta lista, Recuperem ERC, no obtuvo suficientes avales para concurrir a las urnas. Más allá de la elección de la ejecutiva, se elige a 30 consejeros nacionales, entre los que se han presentado nombres como los exdiputados en el Congreso Joan Tardà y Marta Rosique, el exeurodiputado Jordi Solé, el exalcalde de Tarragona Pau Ricomà y el exconseller Josep Huguet. Los resultados de la votación se conocerán poco despúes de las 20:00.
Los presupuestos, en juego
Más de 8.200 afiliados están llamados a decidir qué representantes ocuparán la directiva del partido. Si ninguna de las tres candidaturas en liza supera el 50% de votos, habrá una segunda vuelta el próximo 14 de diciembre.
Las semanas previas a la cita congresual han demostrado que las diferencias de programa son mínimas. Lo que divide realmente a las candidaturas son las filias y fobias personales acumuladas durante los últimos años y acentuadas por el escándalo de la estructura B que diseñó la campaña de falsa bandera contra los hermanos Maragall.
La continuidad o no de Junqueras es seguida de cerca por el PSC. En buena medida, los socialistas han aplazado los presupuestos de 2025 a la espera de que ERC clarifique su estructura. La sustitución de Junqueras por otro candidato advenedizo dificultaría las negociaciones en el Parlament, si bien no se espera una ruptura total entre ambos partidos.
Durante la campaña, las tres listas han discutido sobre las relaciones PSC-ERC. Militància Decidim y Nova Esquerra Nacional exigen el cumplimiento de los acuerdos de investidura, mientras que Foc Nou da un paso más y pide consultar en menos de un año a la militancia para romperlos si no se constatan avances. Pero hoy por hoy ninguna propone romper de raíz con los de Illa para buscar un alineamiento con Junts o la CUP.