
El proceso para la solicitud de la incapacidad laboral en España está marcado por obstáculos que tienen como fin demostrar que las condiciones de salud del solicitante realmente impiden el desempeño de su trabajo, incluso llegan a situaciones extremas e inhumanas.
Si bien el sistema debería ofrecer una solución para quienes no pueden seguir trabajando debido a problemas de salud, se convierte en un laberinto burocrático. En esta línea, según datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), más del 53% de las solicitudes son denegadas, lo que genera una inquietante preocupación sobre la equidad del proceso de quienes realmente lo necesitan.
En este contexto, ha salido a la luz la historia de una mujer diagnosticada con cáncer cuya solicitud de incapacidad permanente fue rechazada por el Tribunal Médico. Y es que, según declara Fidelitis, equipo de abogados especialistas en incapacidades laborales, quien lleva el caso de la afectada, la apariencia de la mujer no reflejaba "graverdad" de su enfermedad al momento de solicitar la incapacidad laboral.
La situación ha desatado una oleada de indignación en la opinión pública, especialmente tras las declaraciones del abogado de la mujer, quien relató que la médico a cargo explicó que su clienta estaba "demasiado maquillada y arreglada" para ser considerada enferma.
Esta situación ha puesto el foco en las prácticas de los tribunales médicos, que tienen la responsabilidad de evaluar no solo las condiciones médicas, sino también la aptitud laboral del solicitante.
La idea de que una persona pueda ser evaluada más por su apariencia que por su estado de salud provoca un profundo malestar. "¿Te parece justo que se incluya el aspecto físico de una persona en una resolución del Tribunal Médico?", cuestionó el abogado en las redes sociales, una pregunta que está resonando en círculos tanto legales como sociales.
La subjetividad en las evaluaciones de las solicitudes puede tener consecuencias drásticas. Las opiniones de los médicos pueden variar considerablemente, lo que lleva a una falta de uniformidad en las decisiones tomadas por los tribunales. Un sistema que, en lugar de ofrecer protección y alivio, se convierte en una fuente de estrés y ansiedad adicional para aquellos que ya sufren de por sí problemas de salud.
En esta línea, el procedimiento de incapacidad laboral se divide entre temporal y permanente. La incapacidad temporal es más accesible, ya que se considera que el trabajador debe eventualmente reincorporarse a su puesto. Por otro lado, la incapacidad permanente requiere que se demuestre una reducción significativa de las capacidades laborales de manera irreversible, lo que hace que la carga de la prueba recae sobre el solicitante, aumentando así las tasas de denegación.
Soluciones para solicitudes rechazadas
Existe la opción de llevar su caso a la vía judicial, pero no sin antes agotar la reclamación previa ante el INSS. Esta etapa puede ser tediosa y muchas veces desalentadora, pero es un paso necesario para aquellos que buscan justicia y reconocimiento de su situación. Los autónomos, aunque tienen derecho a estas prestaciones, enfrentan un camino similar de exigencias y limitaciones en su acceso a coberturas.
Los motivos por lo que se rechazan las solicitudes
A continuación, Fidelitis detalla los motivos más comunes por los que el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) puede denegar una solicitud de incapacidad permanente:
1. No cumplir los requisitos generales
- No estar dado de alta en la Seguridad Social o en una situación asimilada al alta en el momento de la baja por enfermedad o accidente, o no haber cotizado un mínimo de tiempo.
- Haber alcanzado la edad de jubilación.
- No padecer una enfermedad o lesión que, como consecuencia de las secuelas que cause, imposibilite o limite de forma importante la capacidad para trabajar.
- No haber recibido el alta médica en la prestación por incapacidad temporal.
2. No acreditar la gravedad de la enfermedad o lesión
- La enfermedad o lesión debe estar acreditada mediante un informe médico y el correspondiente dictamen del Tribunal Médico.
- El INSS puede considerar que la enfermedad o lesión no es lo suficientemente grave como para incapacitar al trabajador para realizar cualquier trabajo o actividad laboral.
- Las secuelas de la enfermedad o lesión pueden ser leves o reversibles y, por lo tanto, no justificar la concesión de una incapacidad permanente. La incapacidad debe ser definitiva y no susceptible de mejora con el tratamiento médico o la rehabilitación.
3. No acreditar la incapacidad para trabajar
- El INSS puede considerar que el trabajador, a pesar de su enfermedad o lesión, puede realizar algún tipo de trabajo o actividad laboral, aunque sea de menor categoría o exigencias físicas.
- El trabajador puede tener la capacidad residual para realizar algunas tareas, incluso si no puede desempeñar su trabajo habitual.
4. Falta de pruebas médicas
- El INSS puede denegar la solicitud si considera que no hay suficientes pruebas médicas que acrediten la gravedad de la enfermedad o lesión y la incapacidad para trabajar del demandante.
- Es importante que el trabajador aporte toda la documentación médica necesaria para respaldar su solicitud, incluyendo informes médicos, resultados de pruebas diagnósticas y partes de baja.
5. Errores en la valoración médica
En algunos casos, puede haber errores en la valoración médica realizada por el Tribunal Médico del INSS.
6. No cumplir el tratamiento médico
- El INSS puede denegar la IP si el trabajador no cumple el tratamiento médico prescrito.
- El tratamiento médico puede ser fundamental para mejorar la enfermedad o lesión y, por tanto, para recuperar la capacidad para trabajar.
7. Fraude
El INSS puede denegar la IP si se detecta fraude en la solicitud o en la documentación aportada.
El fraude puede implicar la falsificación de informes médicos, la simulación de una enfermedad o la realización de actividades incompatibles con la incapacidad.
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