
Hace seis años a los agricultores y pescadores de la región japonesa de Fukushima les costaba vender sus productos. Y es que el desastre nuclear que ocurrió en 2011 en esta zona, precisamente en los reactores de la planta nuclear propiedad de la empresa Tokyo Electric Power Company (Tepco), no terminaba de convencer a los consumidores. Hoy, sin embargo, uno de sus productos más famosos se vende a precio de caviar y tienen alta demanda: nos referimos a los melocotones, denominados como los "más dulces del mundo".
"Hay que cambiar la mentalidad de la gente", explicaba en 2018, Satoko Anzai, quien, junto a su marido, Chuzaku, y el resto de la familia, gestionaban una granja frutícola de 5 hectáreas al norte de la ciudad de Fukushima, pero que sufrieron el estigma de contaminación por el accidente nuclear. "La gente todavía dice que no a nuestros productos, a pesar de que mostramos evidencias de que nuestro suelo no está contaminado", agregaba la agricultora, de 69 años, al lado de un melocotonero preñado de fruta al que le falta poco tiempo para la recogida.
El estigma incluso ha perdurado hasta hace menos de un año en el sector pesquero cuando los pescadores de Fukushima temían el inminente vertido al Pacífico de agua residual de la planta atómica siniestrada. Un fenómeno que frenaba sus esfuerzos para volver a la normalidad que se intentaba conseguir desde 2021 cuando se levantaron las restricciones sobre la pesca local a raíz del accidente atómico.
Con el fin de estas restricciones, el sector frutícola japonés vio crecer uno de sus principales productos: los melocotones, reconocidos por ser los "más dulces del mundo", según señala una publicación de Nippon.
"El melocotón es una fruta popular por su dulzor, su frescor y su suavidad. En la prefectura de Fukushima producen una variedad cuyos niveles de azúcar superan los de los melocotones más dulces del mundo según el récord Guinness", detalla al portal japonés Furuyama Koji, su principal productor.
"Los melocotones más dulces del mundo"
En 2016, en Frutas Furuyama, en la parte central de la prefectura de Fukushima, este año recibieron una gran sorpresa: el nivel de azúcar de sus melocotones de la variedad Akatsuki Neo había alcanzado 32 grados, una cifra "sin precedentes".
Según Koji, por norma general, este tipo de fruta suele tener entre 11 y 14 grados, y el récord Guinness se sitúa en 22, de ahí la sorpresa. El secreto de su éxito se explica en "la mejora de los terrenos" que empezó hace una década, así como en la tierra que ha empleado a modo de prueba a petición de un grupo de expertos de la prefectura de Miyagi en agricultura natural.
En la actualidad, según el portal japonés, cultivan 16 variedades de melocotones. Desde su maduración, se suele tardar unos diez días en cosechar uno de estos tipos de fruta.
Pues la reconocida fruta se ha exportado a varios países del globo de la mano de Tepco y ha llegado a Reino Unido, país que levantó en 2022 las restricciones a la importación de productos alimenticios de Fukushima, para formar parte de un exclusivo escaparate de Harrods, una tienda que vende productos de lujo.
Melocotones a precio de caviar
Para formar parte de este local, a estos melocotones se les ha asignado un precio desorbitado. Cada unidad tiene un valor de más de 30 euros. A principios de 2000, antes del accidente nuclear, cuando estas frutas también gozaban de un gran prestigio, una caja de cuatro unidades se podía vender a 50 euros, 12,5 cada unidad.
En un intento por romper los estigmas tras el accidente nuclear, el local británico de productos de lujo sumará a sus escaparates en octubre otras frutas importadas de Fukushima, como la uva Shine Muscat. Siempre promocionadas por Tepco, empresa dueña de la central nuclear que sufrió el accidente nuclear, que lucha por devovler el prestigio de los productos de esta región japonesa.