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Un niño rompe una vasija de 3.500 años de antigüedad en un museo: ¿Se tomarán medidas contra el menor?

Foto: elEconomista.

En un desafortunado incidente en el museo Hecht de Haifa, Israel, una valiosa vasija que databa de la Edad de Bronce (2200-1500 a.C.) sufrió daños tras ser golpeada accidentalmente por un niño de entre cuatro y cinco años. Este artefacto, que había sido exhibido sin vidrio de protección cerca de la entrada, era conocido por su excelente conservación y representación de la cultura de la región de Canaán, utilizándose probablemente para el transporte de vino y aceite de oliva en la señalada época histórica.

El museo, que se ha enfocado en una política de exhibición "sin obstrucciones" para ofrecer una experiencia auténtica a los visitantes, se encuentra ahora en el centro de un debate sobre la seguridad de sus exposiciones. "Mostramos nuestros hallazgos arqueológicos sin barreras porque creemos que esto permite apreciar su encanto especial", comentó un representante del museo. Sin embargo, este enfoque también ha generado vulnerabilidades, como lo evidenció el reciente incidente.

Accidente y no un acto intencional

Los administradores del museo han aclarado que la destrucción de la vasija fue un accidente y no un acto intencional. "Este caso no requiere la intervención de la policía, ya que el jarrón fue dañado por un niño sin intenciones de romperlo", explicó Lihi Laszlo, portavoz del museo. Además, se ha decidido invitar al niño y su familia a regresar para una visita guiada especial como parte de la conciliación.

Restauración de la vasija

Para abordar la situación, se ha contratado a un especialista en conservación con el fin de restaurar el jarrón dañando y esperanzas de reintegrarlo en poco tiempo a la exposición. A pesar de la controversia, el museo reafirma su compromiso con la accesibilidad y la exhibición de artefactos sin barreras. "Continuaremos mostrando nuestros objetos arqueológicos de esta manera, considerando que este enfoque es fundamental para nuestra misión", indicó un portavoz del Hecht.

El jarrón, ahora dañado, era uno de los pocos ejemplos de su tipo en el mundo, lo que lo convertía en una de las piezas más destacadas del museo, situado en los terrenos de la Universidad de Haifa y que se erige como un importante centro de preservación y exhibición de artefactos arqueológicos y artísticos.

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