
Las facturas falsas y el reembolso de gastos ficticios supone un golpe cada vez mayor para las empresas. Un informe elaborado por la firma española de inteligencia empresarial Marco&Co., especializada en la detección de este tipo de fraudes, alerta de que la generación de facturas falsas está presente en el 55% de los casos analizados, mientras que en el resto del mundo apenas asciende al 21%. De acuerdo con Marco&Co, las empresas españolas pierden de media 110.200 euros en fraudes cometidos por sus empleados, "lo que en muchos casos supone un importante obstáculo para la continuidad de la empresa y en alguno de ellos la propia desaparición de la compañía".
La apropiación indebida de activos, que incluye la apropiación de bienes, el mal uso de los gastos empresariales o, simplemente, el robo de dinero de la caja, es el fraude más común que se repite en el 91% de los casos reportados. "La alta incidencia de este tipo de acciones aconseja el fortalecimiento de los controles internos dentro de las compañías, ya que, en España no están funcionando los canales internos de denuncia a diferencia del resto del mundo", aseguran desde Marco&Co El estudio resalta la efectividad de la información interna y las auditorías, tanto internas como externas, en la detección de fraudes. Sin embargo, en España solo el 28% de los casos detectados provienen del canal de denuncia, mucho más implementado a nivel global, donde este medio provoca que se descubran el 48% de los fraudes. El perfil medio del defraudador en España es el de un cargo medio o ejecutivo, varón de entre 31 y 50 años de edad. Los datos revelan que, aunque la mayoría de los fraudes son perpetrados por empleados y gerentes medios, los mayores daños financieros son causados, sin embargo, por ejecutivos de alto nivel, con una antigüedad de uno a cinco años en la empresa.
El perfil del defraudador
Aunque los defraudadores con más de 10 años de antigüedad tienden a causar pérdidas todavía mayores, debido a un mayor acceso y control sobre los recursos de la empresa. Por género, las mujeres comenten el 32% de los fraudes, mientras que los hombres son los responsables del 68% de los delitos. La pérdida neta es de 100.000 euros para aquellas personas con una antigüedad de entre uno y cinco años y puede aumentar hasta los 250.000 euros para aquellas que lleven más de diez años en la empresa. El 66% de las personas que llevan a cabo un fraude tienen, además, siempre según el informe, un título universitario.
Por todos estos motivos, el estudio subraya la necesidad urgente de fortalecer las estrategias de prevención y detección de fraudes en las empresas, especialmente mediante programas de due diligence e investigación preventiva de los empleados. Además, destaca la importancia de la vigilancia continua a todos los niveles de la empresa, desde empleados de base hasta la alta dirección. Según el director de Marco&Co y especialista sobre fraude empresarial, Francisco Marco, "las empresas tienen que investigar a sus empleados antes de contratarlos. En España, a diferencia de a nivel global, la ausencia de medidas preventivas comporta riesgo. Un ejecutivo despedido por fraude podría pasar desapercibido y ser contratado por otra empresa sin que nadie lo sepa". En opinión de este especialista, "investigar a fondo a los empleados antes de contratarlos no es solo una opción, es una obligación para proteger la integridad de la empresa y evitar consecuencias devastadoras".