
Revuelo nacional ha causado el reciente caso del triple crimen ocurrido en Morata de Tajuña vinculado a un "ajuste de cuentas" por una aparente "estafa romántica". Hablamos de un "delito amoroso" que nos hace recordar la historia de Simon Liviev, o más conocido como "El estafador de Tinder", un hombre que se hizo con 10 millones de dólares a partir de estafar a un gran número de mujeres. Tanto la historia de Liviev, como el aparente caso de estafa amorosa de Morata de Tajuña, comparten un mismo 'modus operandi': confianza de la víctima, ayuda "económica" para resolver una emergencia y posterior robo.
Hace unos días informamos sobre el trágico suceso en Morata de Tajuña (Madrid), donde tres hermanos, dos mujeres y un hombre de entre 68 y 72 años, fueron hallados muertos con evidentes signos de violencia en el interior de su vivienda situada en la citada localidad madrileña.
La principal hipótesis del triple crimen son las "deudas" contraídas durante años por las hermanas, a quienes prometieron el pago de una herencia de 7 millones de euros, en el marco de esta presunta "estafa amorosa: enviaban miles de euros a un supuesto amante de Afganistán", arrojaron las primeras pesquisas de la investigación policial.
La "relación" que nunca existió y el préstamo
Según las declaraciones de un amigo de la familia, recogidas por El País, "Ángeles y Amelia habían contactado hace siete años con dos supuestos militares que trabajaban en Afganistán, con los que ambas creyeron empezar una relación". Una vez ganada su confianza, uno de estos amantes informó a las hermanas de que el otro había muerto y necesitaba dinero para unos trámites, según el testimonio del amigo. De esta forma, Amelia, con parte de su pensión de jubilada, comenzó a enviar dinero mes a mes a la cuenta de su presunto "novio", de nombre Edward, y las peticiones de dinero se fueron intensificando al punto que tuvo que pedir préstamos que la fueron llevando a la ruina. Se estima que los hermanos entregaron hasta 400.000 euros a los supuestos estafadores.
La investigación policial arroja que podrían haber pedido dinero a un "prestamista", y que este mismo habría querido liquidar la deuda acabando con sus vidas. En esta línea, los vecinos hablan de que hace un tiempo un hombre acudió con un machete a su casa a exigirles que les devolvieran dinero.
En los avances de la investigación, un ciudadano de origen pakistaní, que era el principal sospechoso del triple crimen de Morata de Tajuña, se ha entregado a la Guardia Civil. Según informan diversos medios, el prestamista habría confesado ser el "autor del crimen".
Mismo 'modus operandi' y patrón de identidad falsa
La historia de esto dos supuestos militares hacen recordar a Simon Liviev, o "El estafador de Tinder" (como ha sido nombrado en una película/documental de Netflix), aunque en el caso de las hermanas, la interacción con estos hombres fue a través de Facebook con perfiles falsos, no por una aplicación de ligue, según informa El Confidencial.
En el caso de Liviev, un supuesto hijo de un magnate israelí de diamantes, usó la 'ciberestafa romántica' a través de Tinder para sustraer 10 millones de dólares a sus víctimas, mediante el mismo 'modus operandi' basado en conseguir la confianza de la víctima, su ayuda "económica" para resolver una emergencia y el posterior robo.
Además, el patrón de "identidad falsa y su contexto laboral", se repite en las historias de estos casos señalados anteriormente de estafadores románticos, y en otras 70.000 denuncias hechas en 2022, según lo evidenció el informe de la Federal Trade Commission (FTC).
En esta línea, "Estar en una base militar lejana" es la excusa más popular, "Trabajador de plataforma petrolera en alta mar" es otra ocupación común (y falsa). En resumen, no hay fin a las mentiras que los estafadores románticos dirán para obtener el dinero de la víctima.
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