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El periodista que engañó a Amazon para vender la orina de los repartidores que fueron "maltratados" por la misma compañía de Bezos

Foto: Oobah Butler (Channel 4).

Hace dos años, Amazon reconoció y pidió perdón después de que un centenar de pruebas revelaron que sus trabajadores orinaban en botellas de plástico por la "presión" de cumplir los procesos de entrega. Un escándalo que ha vuelto a la luz pública por un documental realizado por el periodista y cineasta Oobah Butler, en el que, en primera persona, aplica diversas artimañas y engaños para poner en evidencia estas y otras "malas" prácticas del gigante de las ventas online.

Para efecto del documental 'The great Amazon heist' (El gran robo a Amazon), Butler, en una primera instancia, trabajó de incógnito en uno de los centros logísticos más grandes de Amazon en Estados Unidos con el fin de comprobar los problemas físicos que experimentan los trabajadores por la supuesta "dureza" de las jornadas y la constante "vigilancia" a la que se ven expuestos. Al ser descubierto fue despedido.

Desde ese rol como empleado, pudo conocer y ser testigo de los problemas que aquejaban los conductores y repartidores de la compañía a la hora de querer orinar. Y es que, según el relato (entrevistas) de los mismos los "penalizan" si se retrasan con las entregas, motivo por el cual "tienen que orinar en botellas" porque no les da tiempo a buscar un baño para hacer sus necesidades.

Según pudo saber el cineasta, al mismo tiempo Amazon les "prohíbe" llegar a los almacenes con las botellas en los camiones y de ahí el hecho que las tiren a la calle antes de llegar. Tras recorrer las vías que conducen a las instalaciones, Butler las encontró. En el documental, el portavoz de Amazon, James Drummond aparece negando estos hechos y dice que los conductores reciben avisos de que descansen "regularmente".

La bebida energética que revela las prácticas de Amazon

Con los antecedentes antes mencionados, Butler ideó el plan de poner a la venta, en la misma plataforma de comercio electrónico, la orina de sus conductores, pero embotellada como "bebida energética" con el atractivo nombre de 'Release Energy'.

A partir de ahí, al periodista se le hizo sencillo poner a la venta a Release en Amazon, con muy "pocos" controles y contrapesos para garantizar que el producto que vende sea "seguro y legal".

"Liberar la bebida fue sorprendentemente fácil", confesó Butler en exclusiva a Wired. "Pensé que la licencia de alimentos y bebidas me impediría incluirlo en la lista, así que comencé en esta categoría de dispensadores de bomba recargables. Luego el algoritmo lo trasladó a las bebidas".

Experimento sin envío

Cuando vio el producto a la venta, Butler se sintió al principio muy "emocionado" y lo encontró muy "divertido", manifestó al medio. "Luego, cuando personas reales empezaron a intentar comprar el producto, me sentí un poco asustado", agregó.

En un momento, incluso lo contactó un representante de Amazon listo para manejar el embalaje, el envío y la logística a través del programa Logística de Amazon, explicó.

En realidad, a ningún usuario de Amazon se le envió la orina de los conductores; en lugar de eso, Butler reunió a un grupo de amigos para que compraran el "producto".

Por su parte, Drummond explica en el documental que esto fue un "truco burdo" y que la compañía tiene "herramientas líderes en la industria para evitar que se incluyan productos realmente inseguros".

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