
Apenas dos días después de las elecciones generales, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) llega a un acuerdo con el PSC y los comuns para incorporarse al gobierno de la Diputación de Barcelona. En un momento en el que el PSOE necesitará los votos de la formación soberanista para investir a Pedro Sánchez, la política de pactos entre ambos partidos sigue engrasada como lo estuvo en la anterior legislatura a pesar de los choques que han tenido los dos en materias como, por ejemplo, las infraestructuras en Cataluña.
ERC pasará a formar el Ejecutivo provincial con las dos formaciones de Gobierno y dos díscolos de Junts. Así, de paso, se aleja un posible frente común independentista con Junts para fijar una posición única con los 14 diputados que entre ambos suman en el Congreso. La alianza reedita las que ya existen en Lleida y Tarragona, donde socialistas y republicanos también mandan en la Diputación. En Girona sí se llegó a acuerdo entre las dos organizaciones soberanistas.
El pacto refuerza la tesis de que el partido presidido por Oriol Junqueras no pondrá excesivas trabas para poner a disposición de Sánchez sus siete representantes, que deberían votar a su favor –no valdría con la abstención-. El lunes, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, insistió en las tres condiciones para el sí: que se mantenga la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat, terminar con el déficit fiscal catalán y el traspaso de la red de trenes de Rodalies.
La campaña de las municipales estuvo marcada por los retrasos y averías de 'Rodalies'
La exigencia en materia ferroviaria no es casual, pues las principales diferencias entre ERC y PSOE en el último año y medio llegaron por las infraestructuras del territorio. Antes de las elecciones municipales los republicanos ya exprimieron los retrasos constantes de la red de Cercanías para exigir a los socialistas que comparecieran en el Parlament para dar explicaciones. "El PSC solo gestiona una cosa en Cataluña", llegó a denunciar Junqueras tras una avería en la R2.
Cercanías ha sido una reclamación histórica de las fuerzas soberanistas que, del mismo modo que instituciones empresariales como Foment del Treball, consideran que la gestión de proximidad mejoraría su funcionamiento. Como avanzó elEconomista.es, la red registra una media de 70 trenes retrasados al día.
Aeropuerto y carreteras, motivo de divergencia entre PSOE y ERc
Sin embargo, las diferencias no se limitan a la política ferroviaria. El Gobierno era uno de los grandes impulsores de la ampliación del Aeropuerto de Barcelona-El Prat en calidad de primer accionista de Aena. No obstante, voces de ERC rápidamente salieron al paso para decir que el futuro del aeródromo no pasaba "por una ampliación" después de que las bases del partido se mostrasen contrarias a la obra. Aragonés insistió en buscar alternativas a la propuesta hecha por el gestor, aunque sin cerrar la puerta a incrementar la capacidad de la infraestructura.
El Ejecutivo central y la Generalitat también chocaron durante meses por el diseño y la financiación de la nueva B-40, seis kilómetros de carreteras que deben unir Sabadell y Terrassa, y que el PSC incluyó como contrapartida a aprobar los presupuestos. Tras cuatro meses de intercambio dialéctico y cruce de borradores, a comienzos de julio se firmó el pacto para desencallar la vía con la inyección de 914 millones de fondos estatales.