Tras las elecciones celebradas este domingo 23 de julio, son muchos los que se preguntan por los plazos a cumplir por los partidos que han conseguido representación en las Cámaras para el inicio de una nueva legislatura y la formación del gobierno.
En concreto, la XV Legislatura comenzará de manera oficial el 17 de agosto, cuando a las 10.00 horas se inicien las sesiones del Congreso y del Senado de forma simultánea, constituyéndose así las nuevas Cortes.
Será ese día, por tanto, cuando se lleva a cabo la elección de la Presidencia y de ambas Mesas de las Cortes Generales, en plena temporada estival. Esto es debido a que el plazo que tienen los diputados y senadores para acreditarse finaliza el 16 de agosto.
Recepción con el rey y ronda de consultas
Tras la elección de los presidentes del Congreso y del Senado, estos acudirán a una recepción con el rey Felipe VI, a quien informarán de los grupos políticos con representación parlamentaria.
Será entonces cuando Felipe VI comenzará la ronda de consultas con esos grupos parlamentarios, de tal modo que, tras las reuniones con todos ellos, el rey propondrá un candidato para la investidura, que tendría lugar en el mes de septiembre.
Debate de investidura y votación en el Congreso
Es entonces cuando se realiza el debate de investidura, que tiene como protagonista al candidato propuesto por el rey. Ese candidato será sometido a votación en el Congreso de los Diputados, de los que tendrá que obtener una mayoría absoluta.
En caso de que no se obtenga la mayoría absoluta, 48 horas después se repetirá la votación. En este segundo caso, solo necesitaría conseguir la mayoría simple para, de este modo, ser elegido como presidente del nuevo gobierno, un nombramiento que también será llevado a cabo por parte del rey.
¿Qué pasa si no se consigue la mayoría?
Por el contrario, si no se consigue esa mayoría simple en la segunda votación de la Cámara, el rey podría proponer otro candidato a la investidura, como recoge EFE.
Sin embargo, si tras dos meses de la primera votación no se ha conseguido el apoyo a ningún candidato, el rey disolvería las Cortes y se convocarían unas nuevas elecciones generales, que caerían en el mes de noviembre o diciembre.