La noche del 23-J avanzó con amargura en la sede del PP. El resultado –muy alejado al esperado– cayó como una losa sobre el equipo de campaña de Alberto Núñez Feijóo, que trazó una estrategia que no terminó de convencer a los votantes. La falta de una medida decidida que identificara el programa electoral, sus renuncios en torno a los impuestos temporales a la banca o a las grandes energéticas o la falta de una reforma fiscal decidida en su discurso, fueron solo uno de los motivos que alejaron al gallego de su meta.
El electorado no entendió su negativa a acudir al debate a cuatro de RTVE, en el que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz aprovecharon para mostrar una sintonía que ha terminado por ser exitosa. Además, Santiago Abascal quedó como el portavoz de las formaciones de la derecha, en un pesado cara a cara en el que –menos para hablar de su ausencia– poco ganó Feijóo.
La táctica de los populares fue modesta, y salió mal. Redujeron las apariciones del candidato, en una estrategia conservadora en la que trataron de evitar posibles errores de un Feijóo demasiado acostumbrado a la política autonómica. Además, el equipo del PP se confió. Se dejó llevar por el furor de las encuestas y dejaron la campaña en un segundo plano, volcando todos sus esfuerzos en la venta de medidas que no terminaron de calar.
Feijóo no ayudó. Su sonora torpeza con una periodista durante una entrevista en TVE le pasó una cara factura. El gallego aseguró que el PP siempre había subido las pensiones con el IPC, una información rebatida con datos por parte de Silvia Intxaurrondo.
La irritación de Feijóo se trasladó fuera del plató de televisión donde los suyos –en lugar de reconocer el error del candidato– se enrrocaron criticando la actitud de la entrevistadora. Finalmente la evidencia obligó al popular a reconocer el fallo, pero demasiado tarde para enmendar el daño sobre su imagen. El PSOE y Sumar no perdieron la oportunidad para indexar el nombre del canditato socialista con la mentira. De hecho, este ha sido uno de los grandes ataques que asediaron al gallego hasta el último día.
