
El negocio musical disfruta estos días de uno de los mejores momentos de su reciente historia. En 2020, el sector musical fue uno de los más azotados por la pandemia. Las ventas de entradas alcanzaron entonces los 138,5 millones de euros, con una caída del 63,8% respecto al año anterior. Poco a poco, el ecosistema musical ha remontado posiciones para ahora superar con creces los niveles prepandémicos. El año pasado, los cantantes, intérpretes, compositores y organizadores de conciertos generaron unos ingresos de 459,2 millones de euros, un 191,3% más que en 2021, con la previsión de aumentar estas cifras en 2023.
Madrid fue la comunidad que más aportó a estos resultados, con una facturación de 103,5 millones de euros en 2022, por delante de Cataluña, con 97,3 millones euros y Andalucía, con 75,9 millones de euros. Estos datos coinciden con los tres territorios más activos en festivales. Lejos de las regiones anteriores, la Comunidad Valenciana contribuyó con 34,7 millones a la cifra total.
Entre los festivales más solicitados destacó el Primavera Sound en Barcelona y Madrid. Este evento cautivó a más de 500.000 asistentes el año pasado, pese a convertirse en motivo de disputa entre los gobiernos madrileños y catalanes, ya que ambos aspiraban a la dirección del evento. Por su parte, el Mad Cool madrileño acogió a 310.000 personas, casi los mismos espectadores que el Arenal Sound de Burriana (Valencia), con 300.000 participantes. El Viña Rock (Albacete) también se posiciona entre los cuatro líderes del país, con 240.000 amantes de la música en directo. En total se celebraron 874 festivales en todo el país, con Cataluña al frente de esta lista con 174 espectáculos organizados.
Sube el precio de las entradas
La facturación de los festivales en España aumenta a pesar del encarecimiento en las entradas, según se desprende del Anuario de la Música en Vivo 2023. Este estudio señala que "la subida de precios se justifica con la presencia de varios factores que se han encontrado en el mismo espacio, entre ellos la inflación, aumento de costes, situación del mercado laboral...", según Carles Martínez, CMO del Mallorca Live Festival. Eva Castillo, directora de comunicación de Last Tour Internacional considera que los festivales han elevado el precio "en la misma proporción que la cesta de la compra, ya que ahora es mucho más caro producir espectáculos que en 2017".
El anuario indica que la producción musical en España es más cara que en Europa. Al fin y al cabo, la Península Ibérica no es sólo la frontera sur del continente, sino que también exige cruzar los Pirineos. Según Esteban Girón, de la productora Bring The Noise, "si un artista quiere actuar en París y en Madrid ha de recorrer 1.200 kilómetros, él y todo el espectáculo. Sin embargo, si la actuación se realiza en otra capital europea más céntrica, como Bruselas, la distancia a recorrer disminuye a 300 kilómetros, con menores costes".
Los festivales proporcionan decenas de alicientes para la economía del país, con turismo musical y empleo. Estos eventos se han convertido en una atracción turística que concentra a visitantes de todo el mundo, con un relevante impacto en los destinos donde se celebran. En este sentido, se aprecia que la mayor parte de los festivales se realizan en zonas costeras y durante la temporada de verano. De esta forma, mientras los asistentes disfrutan del "sol y playa" del país, la afluencia de público riega de euros las economías locales. Así, los comercios de hostelería y los minoristas de la zona aumentan sus recaudaciones durante los días del festival.
Por otro lado, la música es un generador de empleo directo cada vez más considerable, según Cristina Bermejo, secretaria general de Medios de Comunicación, Artes, Cultura, Deportes y Ocio del sindicato CCOO, ya que "los espectáculos mueven miles de puestos entre personal técnico y eventual".
Financiación y promotores
A pesar de que los grandes protagonistas son el sector privado, con marcas comerciales, cerveceras, tiqueteras e incluso agencias de viaje, el dinero público también tiene un papel muy importante en España. Las administraciones locales y regionales son conscientes del impulso turístico que estos eventos suponen, por lo que dentro de sus políticas incluyen el apoyo y la promoción de estos festivales. Esto puede hacerse a través de acuerdos de colaboración en materia de comunicación, cesión de espacios, subvenciones, o patrocinios.
En el caso de la Comunidad de Madrid, el ayuntamiento lleva apoyando al Mad Cool desde sus primeras ediciones. Además, el gobierno de Isabel Díaz Ayuso se ha sumado al patrocinio del Primavera Sound donde ha invertido 850.000 euros. El objetivo principal de la capital consiste en posicionarse como destino de referencia en relevantes mercados internacionales del sector.
Más sostenibilidad
Los eventos multitudinarios arrastran la fama de provocar numerosos impactos negativos para el medio ambiente. Por este motivo, algunos cantantes y festivales han decidido tomar medidas para convertirse en grupos musicales cada vez más sostenibles.
El festival Rottom Sunsplash es un gran ejemplo, ya que utiliza agua reciclada, envases biodegradables, vasos reutilizables e iluminación, además de reforestar la zona.