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Cómo asegurarte de que tus hijos usan las redes adecuadamente, según varios expertos en salud

  • La APA pide monitorizar la actividad de los jóvenes en las redes
  • Prinstein habla de la importancia que tiene una conversación sincera
  • Murthy cree que estas suponen "un gran riesgo" para los menores
Uso de las redes sociales (iStock).
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Muchos padres se plantean la edad en la que sus hijos accederán por primera vez a las redes sociales. Con respecto a esta cuestión, el que fue Cirujano General de Estados Unidos, Vivek Murthy, advertía del "riesgo profundo" que suponen las redes sociales para la salud mental de los jóvenes adolescentes.

Su aviso se traduce en la preocupación del experto por que el uso continuo de las mismas pueda alterar el desarrollo del cerebro en los niños. Esto incluye a los mayores de 13, que son los admitidos según el requisito de edad mínima en la mayoría de plataformas.

"Nadie con menos de 13 debe usarlas"

"Creo que nadie con menos de 13 debe usarlas. Un acceso libre, sin control de horas de uso y sin supervisión parental, probablemente debería retrasarse todo lo posible, al menos hasta los 16 años de edad", comenta el psicólogo clínico Mitch Prinstein, director científico de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA). Y el propio Murthy concuerda con la APA a la hora de advertir sobre su impacto en la salud.

Si bien estos expertos admiten que no es sencillo establecer una edad exacta a partir de la cual un uso continuo de las redes no sea perjudicial, lo cierto es que dejar que sea el retoño quien decida completamente las horas de uso exige mucha cautela.

Sin embargo, en un mundo en el que muchos jóvenes cuentan con redes sociales, es complicado que estos no influencien a sus compañeros. Por lo tanto, estos son los consejos para un uso responsable de las mismas.

1. No sucumbir a la presión

Prinstein ofrece un consejo claro a todo aquel que dude sobre su permitir que sus hijos se adentren en estas plataformas: "Esperad todo lo que podáis. Existe más riesgo para un cerebro adolescente que beneficios para la vida social de la persona".

Además, pide no permitir que las decisiones de otros padres con sus hijos influencien en las propias elecciones. Dice que si bien uno puede temer que si su hijo es el único sin TikTok o Instagram se le condene al ostracismo, en realidad estos temores están lejos de la realidad

De hecho, Prinstein añade que ceder ante la presión podría convertirse en una "profecía autocumplida", donde cada vez más progenitores permiten que sus hijos se sumerjan en las redes porque todos los demás hacen lo propio.

2. Charlas regulares con tus hijos

Cuando se permita al joven acceder a este mundo digital, es aconsejable hablar abiertamente sobre un uso saludable y moderado de estas plataformas. Estos son algunos argumentos que Prinstein aconseja incluir en dicha conversación:

-Las redes sociales no son la vida real.

-Los "me gusta" pueden ser engañosos, especialmente cuando los usuarios los dan en publicaciones de amigos sin pensar.

-La desinformación está por todas partes, es importante aprender a identificar lo veraz.

-No perder el tiempo viendo pasivamente las redes.

-Usar las redes para abrir conversaciones trascendentales con los amigos.

-No compararse con lo que publican otros, pues no es sano.

-Reconocer y criticar la discriminación en línea y los discursos de odio.

De nuevo con Prinstein, este resalta la importancia de comenzar explicando al joven el por qué de la existencia de las redes. Esto pasa por hablar de su utilidad, de la diversión que pueden suponer, pero también de cómo las empresas hacen negocio obteniendo datos, para usar algoritmos que diseñen contenido y anuncios específicos para cada perfil.

3. Monitorizar el tiempo que pasan en redes

El mismo experto recomienda un límite de media hora diaria en redes para los "novatos". Si bien esto puede parecer insignificante para el joven, Prinstein comenta que "simplemente no es justo darle sin restricciones algo que no están preparados para manejar".

Se debe añadir que numerosos teléfonos cuentan con funcionalidades (también hay aplicaciones para ello) que restringen el tiempo de uso. Algunas incluso consisten en limitar ciertas características de las redes, o comprobar con quién interactúan los jóvenes usuarios. Para la APA es necesario comprobar precisamente esos contactos y esa actividad en redes, y ello puede pasar por tener acceso a dichas cuentas. Esto puede disgustar al joven, y podría requerir otra conversación que gire en torno a la confianza y a la privacidad.

Pero Prinstein asegura que todo esto es más sencillo si se habla con ellos antes de que se creen las redes. Esto puede aclarar desde un comienzo que se respetará su privacidad, a cambio de que se establezcan unas guías para un uso saludable y responsable.

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