Salud Bienestar

Esta experta en medicina dice que el tiempo que pasan los niños con pantallas no debe preocuparnos

  • Moyer afirma que es crucial un uso constructivo y responsable
  • La comunicación bidireccional entre padres e hijos es fundamental
  • Los retoños deben aprender a hacer un uso responsable de la tecnología
Niño pequeño utilizando un smartphone (iStock).
Madridicon-related

Un estudio sobre la relación entre el bienestar de los más jóvenes y el uso de las tecnologías muestra que estas apenas marcan diferencias entre la salud mental de quienes más las utilizan y quienes menos. La autora y periodista especializada en ciencia y medicina, Melinda Wenner Moyer, afirma que no es posible apartar a los niños de las pantallas totalmente.

Cuando se documentó para escribir su libro "Cómo criar a tus hijos y que no salgan idiotas: Estrategias científicas para una buena crianza", Moyer descubrió que muchos padres de hijos actualmente exitosos no le dedicaban mucho tiempo y esfuerzo a controlar las horas que dedicaban a permanecer frente a pantallas.

Además, la misma encontró también que dichos progenitores generalmente enseñaban habilidades específicas a sus retoños, de manera que estos fuesen "inteligentes con sus pantallas".

Comunicación bidireccional

Como consejo para padres, Moyer pide explorar personalmente las webs, aplicaciones y juegos con sus hijos. Asimismo recomienda leer atentamente las condiciones de uso, así como los comentarios de otros usuarios. De este modo, podrá compartir con el niño sus preocupaciones y comentarios sobre el uso que se le dará al dispositivo.

Si se sospecha que la aplicación o página web puede ser una mala influencia, o incluso un timo, entonces Moyer recomienda hablar con el niño y comentarle que no va a ser bueno para él, y cómo podría perjudicarle. Explica que si esta conversación se lleva a cabo con éxito y siempre que sea necesario, entonces los hijos aprenderán a hacer un uso responsable de las tecnologías.

Establecer los límites

Si se considera que no se controla lo suficiente el tiempo de los hijos frente a pantallas, Moyer aconseja sentarse a hablar junto a estos y establecer reglas y expectativas de utilización de los dispositivos. Aclara que de la conversación debe surgir una guía que indique como encontrar un equilibrio, evitando así que la tecnología cause daños en la salud de los retoños:

-Pérdida o problemas de sueño: Establecer un horario límite para alejarles de los dispositivos antes de irse a dormir.

-Seguridad de los niños: En qué lugares y momentos podrán hacer uso de las tecnologías, y con qué controles parentales.

-Confrontaciones: Establecer permisos paternos para acceder a los dispositivos.

Durante la charla de la que surgirán estos límites, la autora recomienda dejar hablar a los niños, pero también mostrarles el uso que uno hace como adulto de las tecnologías. De ser posible, también hacer encajar ese uso responsable con el que tendrán los menores.

Aprovechar para el aprendizaje

Moyer recuerda que el niño debe considerar tanto los aspectos positivos como los negativos de estos dispositivos. Para ello, aplicaciones y juegos interactivos pueden ilustrar valiosas lecciones, siempre y cuando uno se asegure de que el menor hace un uso adecuado y responsable de los mismos.

Por ejemplo, preguntar al retoño sobre qué ha aprendido después de estar frente a la pantalla es una buena opción. Otra alternativa es específicamente preguntar qué ha hecho, con quién se ha comunicado, y de relacionarse con alguien se le puede preguntar cómo lo va a sus contactos.

Un dispositivo inteligente puede, como cualquier otro instrumento complejo, ser muy útil o dañino para su usuario dependiendo de la forma en que se utilice. En su caso, como madre, Moyer dice que ella y todo progenitor deben ser capaces de enseñar y apoyar a sus hijos para que aprendan a dar a cualquier tecnología un uso constructivo, didáctico y saludable.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky