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Aragonès, dispuesto a resistir medio mandato con respaldos precarios

  • Junts mantiene la coalición de manera provisional y alarga una semana la crisis de 'Govern'
  • Pedirá compromisos a ERC el fin de semana y consultará a la militancia los días 6 y 7 de octubre
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. Foto: Luis Moreno.

Pere Aragonès dejó este jueves claro, a través de la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, que seguirá al frente de la Generalitat con o sin el apoyo de Junts. No habrá elecciones anticipadas, aunque sea a costa de afrontar en minoría más de medio mandato. Hace falta un Govern centrado en afrontar la complicada situación económica y social que se prevé para los próximos meses, según argumentó la noche del miércoles el presidente catalán durante su comparecencia extraordinaria, en la que anunció el cese del vicepresidente catalán, Jordi Puigneró, en un intento de salvar el Ejecutivo de coalición sin pasar por alto la pérdida de confianza por verse sorprendido en el Debate de Política General del Parlament, a última hora del martes, por una petición de cuestión de confianza por parte de sus supuestos aliados.

Con o sin Junts en el Palau de la Generalitat, el resto de la legislatura se desarrollará en precario, ya que la destitución del hombre fuerte de Junts en el Govern ha abierto una brecha irreconciliable entre ERC y los neoconvergentes, que se lanzan acusaciones cruzadas de deslealtad.

El secretario general del partido, Jordi Turull, afirmó la mañana de este jueves, antes de reunir a la ejecutiva de la formación durante todo el día para deliberar los pasos a seguir a partir de ahora, que con el cese de Puigneró se sienten "bastante expulsados" del Govern, pese al ofrecimiento de Aragonès para que nombren a un nuevo representante para el cargo. El resto de consejeros de Junts, que suponen la mitad del gobierno catalán, también pusieron este jueves su cargo a disposición del partido presidido por Laura Borràs.

Jordi Turull y Laura Borràs (Junts) en rueda de prensa este jueves. Foto: Europa Press.

Junts decidió finalmente su continuidad provisional en la coalición a la espera de dos actuaciones. En primer lugar, la negociación con ERC durante el fin de semana -en pleno quinto aniversario del 1-O- para obtener compromisos de "concreciones, garantías y plazos" para cumplir los tres puntos clave del acuerdo de gobierno referentes a la hoja de ruta independentista que considera incumplidos y que motivaron el planteamiento de la cuestión de confianza a Aragonès.

Tras estos contactos, la ejecutiva del partido volverá a reunirse el lunes y estipulará una pregunta para trasladar a la militancia los días 6 y 7 de octubre y a partir de la cual decidir si continúan en el Govern o lo abandonan. Mientras tanto, no propondrán relevo para la vacante dejada por el cese de Puigneró, que calificaron de "error histórico".

Junts no debe decidir sólo el qué hacer, sino cómo hacerlo y cómo argumentarlo, porque tiene mucho que perder, empezando por todos los altos cargos colocados en la administración autonómica. También influye el poder perder el poder a ocho meses de las elecciones municipales de mayo de 2023.

Apoyos alternativos para ERC

El Govern ha sacado adelante los Presupuestos catalanes de los últimos años gracias al apoyo de En Comú Podem, y este año ha vuelto a picar a su puerta para negociar. Sería el apoyo prioritario de ERC en caso de ruptura con Junts, pero no sería suficiente para alcanzar mayorías, y también necesitaría al PSC.

Este jueves, el primer secretario de los socialistas catalanes, Salvador Illa, descartó secundar la petición de una cuestión de confianza contra Aragonès, pero afirmó que es momento de tener gobiernos fuertes y estables.

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