
Tras casi dos meses de campaña, el debate de las elecciones del Círculo de Economía era una fecha marcada en rojo en el calendario. En la sede de la entidad, en la barcelonesa calle Provença, Jaume Guardiola y Rosa Cañadas se citaron en un cara a cara marcado por la tensión entre ambos candidatos que no pareció servir para cambiar muchas opiniones ante un auditorio que presentó una media entrada. Tras la hora y media de sesión, el exconsejero delegado de Banc Sabadell se mantiene como favorito en las quinielas.
El encuentro tuvo poco de intercambio de ideas, apenas se interpelaron, y mucho de mitin político –incluso se habilitó un contador de tiempo-. Especialmente por parte de Guardiola, que intervino en catalán y salió a que pasaran los minutos, frente a una Cañadas, que lo hizo en castellano y fue mucho más agresiva en las acusaciones. Incluso marco el ritmo y el contenido de la discusión, pero no lo suficiente como para desbordar al exbanquero, que saltó al ring con una ventaja sobre su rival: triplicó los avales recogidos en la primera fase del procedimiento; como menos cosas pasasen mejor para él.
La presidenta de Trea Capital entró al debate con los argumentos que repitió durante la campaña: el Círculo ha perdido influencia, no ha estado en la calle durante la pandemia y se ha desconectado de sus socios. La censura al actual presidente, Javier Faus, que cuenta con un sector muy crítico y organizado en la entidad servía como apertura contra su delfín. Guardiola aguantaba con una sonrisa irónica que mostró durante otras intervenciones de su oponente. El dirigente en cambio sí reivindicó su legado y aseguró sentirse cómodo con la etiqueta de continuista.
Estar o no estar lo suficiente en Europa fue otro de los puntos de fricción. Faus se anotó el tanto en las últimas jornadas de la visita de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y su foto con Pedro Sánchez y Pere Aragonès con el skyline barcelonés de fondo. Para Cañadas no era suficiente: "Vino, pero fue gracias a un trabajo de hace muchos años, tenemos que estar más presentes en Bruselas, registrarnos como lobby y no venir a recibir un discurso político que podríamos ver por televisión".
La falta de debate es uno de los grandes lamentos de la empresaria. "Hemos tenido a Maurici Lucena, presidente de Aena, pero no lo hemos visto debatir con Ada Colau sobre la ampliación del aeropuerto; tenemos un concepto muy diferente de debate", le achacó a Guardiola.
Cañadas pasó de puntillas sobre las denuncias de irregularidades realizadas en las últimas semanas
El eterno debate de los jóvenes también salió a la palestra. Cañadas parece representar mejor el sentir de los socios más noveles, pero el Círculo solo tiene 37 miembros menores de 40 años. "No hay que poner jóvenes por poner jóvenes", había dicho el exbanquero el día anterior. La oportunidad la aprovechó la empresaria, que tiene en su junta a los fundadores de Reby y Glovo, para criticar la falta de aperturismo de la institución. "Ocho de los integrantes de mi equipo tienen menos de 45 años", replicó su rival.
A pesar de que era la presidenta de Trea Capital la más incisiva, no hubo espacio para las denuncias de irregularidades que la dirigente ha repetido en las últimas semanas. Aunque el moderador, el periodista de TV3 Albert Closas, le dio la oportunidad, Cañadas pasó de puntillas sobre las críticas a la delegación de voto, la recogida de avales antes de la constitución de la comisión electoral o la inscripción de nuevos socios antes de los comicios –estos dos últimos puntos se anularon-.
Sobre el modelo territorial, ambos lamentaron la visión centralista del Estado, aunque con recetas distintas. Mientras Cañadas insistió en recuperar el pacto fiscal, Guardiola no cerró la puerta a un referéndum y deslizó la propuesta de que sea por una mayoría reforzada de dos tercios.
Preguntados específicamente, los dos aseguraron que no irían a ver al expresidente Carles Puigdemont a Waterloo en la búsqueda de diálogo político, una de las prioridades de ambos. "No tiene nada que aportar", espetó la candidata. Guardiola volvió a ser más comedido: hay que entenderse con su espacio político, pero él ha perdido peso.
El modelo de Barcelona
Respecto a Barcelona, Cañadas, también presidenta de la Fundación Tanja y nacida en Tánger, pidió que se olvidase de Madrid y aspirase a ser la capital del Mediterráneo. El exbanquero denunció que este era un modelo demasiado vago y repaso las distintas realidades existentes en las costas del mar, desde las tensiones en el norte de África a los conflictos en Siria o la franja de Gaza. "Te podrías haber ahorrado la lección de geografía, ¿Cuál es tu modelo de la ciudad?", le espetó la dirigente en otro de los momentos de tensión entre ambos. "Una ciudad que compita con el resto de Europa en la búsqueda de talento", contestó.
La tirantez no se trasladó al público. El auditorio presentaba una media entrada frente al no hay billetes de ambas presentaciones y en la parte final parte de la parroquia incluso se había marchado ya para ir a comer. Guardiola ya exhibía una sonrisa e incluso cambió su postura, mucho más recostada sobre el sillón.
El turno de preguntas no dio para mucho. Más bien sirvió para apuntalar mensajes. Josep Soler y Ramon Palou, miembros de la candidatura de Cañadas, preguntaron por las sinergias con Foment del Treball -más cercano a la dirigente, aunque no se mojó públicamente- y sobre las primeras medidas que tomarían ambos. Gabriel Martínez, director de Comunicación de Banc Sabadell, pidió a Guardiola más información sobre la creación de los círculos, una propuesta del dirigente para agrupar a los socios por sectores.
El debate tuvo incluso minuto final en el que ambos candidatos pidieron directamente el voto a los integrantes de la institución. Un discurso que probablemente no sirvió para cambiar muchos pareceres de cara a la votación del próximo 12 de julio.