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La campaña de las andaluzas entra en su recta final con Moreno de claro favorito

  • El PP salva el segundo debate y las encuestas le dan una amplia mayoría
  • Vox tiende la mano en el debate a Moreno, que no se la recoge
  • Espadas no remonta las expectativas socialistas y sufre con la corrupción

Recta final de la campaña electoral del 19J. Los seis candidatos a la presidencia de la Junta de Andalucía brindaron en la noche del lunes un segundo debate más intenso, más vivo y más enloquecido que el de la noche del lunes anterior. Reflejo de que la carrera a San Telmo está ya encendida. En un contexto en el que todas las encuestas coinciden en señalar que el candidato popular, Juanma Moreno, se acerca a la mayoría absoluta y abre día a día su ventaja respecto a un PSOE estancado, que no supera el trauma de acudir a unos comicios autonómicos desde la oposición, sin controlar los resortes del poder que ostentó durante 37 años.

Moreno, en el segundo debate a seis, se mantuvo firme en su postura de ocupar el centro, mostrándose como el candidato de la serenidad y la templanza, sin dejarse arrastrar a provocaciones y evitando en lo posible situaciones de cuerpo a cuerpo, por más que Espadas lo intentó. Y dejó en evidencia lo forzadas de algunas de las críticas de la oposición. "Quedan muchas cosas por hacer, evidentemente después de la herencia recibida. Ganaríais en credibilidad si reconocierais algún mérito de este gobierno. Pero, ¿todo, todo mal? No es creíble". Y después, mostrando un bolígrafo rojo. «Por mucho que lo intenten, señores Espadas y Nieto, esto no es un camión. Es un bolígrafo y los ciudadanos saben que no es un camión». Manejó cifras para defender su gestión (no sacó gráficos, como en el primer envite) con bastante soltura. Su objetivo es seguir ampliando electorado por en centro, y se aleja de toda crispación. En particular tuvo que esforzarse para eludir lo que le exigían a derecha e izquierda: que dijese que pactará con Vox tras las elecciones. Evitó mostrar sintonía con esta formación. "Señora Olona, déjeme hacer mi debate", le dijo.

Espadas salió fuerte al ataque. Muy intenso. Pero quedó noqueado por Macarena Olona a las primeras de cambio cuando la candidata de Vox le restregó sin contemplaciones el tema de la corrupción, los ERE, el gasto de dinero público en clubes de alterne … Su intento de defensa de la postura socialista en los ERE, resaltando que hubo ayudas que llegaron a parados reales, pero obviando que la condena es por el procedimiento arbitrario establecido fuera de todo control legal, no lo dejó en buen lugar. Tardó en recuperarse un buen rato y se le vio notablemente contrariado. Tanto evitaba Moreno el cuerpo a cuerpo con él que cuando estuvo seriamente tocado por el tema de la corrupción el candidato popular no quiso rematarlo.

Más tarde, cuando Espadas lograba ya enganchar a Moreno a un mano a mano le salió Marín a un quite magistral, que lo volvió a contrariar notablemente. También cuando Moreno lo acusó de "delegado de Sánchez". Padece también cuando tiene que dar cuentas de la herencia dejada por anteriores gobiernos socialistas. Apenas logró erosionar a Moreno. Insistió en el mensaje de que viene Vox.

Marín

Marín volvió a jugar bien sus cartas. Fuerte en la defensa de la gestión del gobierno (más intenso aún que Moreno), atacando a Olona y dándole réplicas a Espadas con muchos datos. Y tuvo chispa cuando fue menester. "¿Sabe usted hacer torrijas, señora Olona? ¿Con vino o sin vino?"

Inma Nieto, de Por Andalucía, defendió extraordinariamente bien la gestión del Gobierno central. Pero se situó fuera de la realidad andaluza en varias ocasiones en las que tocó de oídas (referencias al mercado del aceite desfasadas, marró cuando aseguró que Crespo está imputada), manejó datos erróneos en varias materias, abusó de exageraciones ("niños amontonados en los colegios") … Errores que minan la credibilidad de su mensaje. Además, abandonó su pose habitual de mantener una sonrisa en sus argumentaciones para mostrarse más irritada de lo habitual, transmitiendo crispación en algunos momentos.

Más fresca se mostró de nuevo Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía. Suya fue la imagen más divertida y espontánea del debate.

Olona volvió a ser el perejil de todas las salsas, provocando a la izquierda y dirigiéndose incluso a su electorado (tema tanqueta, alusiones a Botín) buscando la pesca en territorios obreros. En algunos momentos quiso marcar distancias con el PP (en la primera parte, con alusiones a si se enseña masturbación a los niños en los colegios), pero con los populares Olona estuvo errática. "Si tan solo necesita un escaño de Vox, si tan solo necesita una abstención de Vox, no lo va a tener si Vox no está en el Gobierno", llegó a decirle a Moreno. Después le propuso que fuera su vicepresidente (Moreno lo calificó de ·"delirio") y acabó tendiéndole la mano como gesto final.

Pero pese a que todos le insistían a Moreno en que dijese que va a pactar con Vox, el popular no se movió un ápice de su argumentario: "Mi objetivo es gobernar en solitario", dijo una y otra vez. Y las encuestas le van dando razones para pensar que es posible. Salvó el segundo debate sin daños relevantes y tiene ya una semana de campaña con apoyos 'in crescendo' y sin hitos relevantes propicios para tropiezos, por más que el resto de los candidatos esté encendido en este tramo final.

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