
Se cumplen 97 días desde que comenzó la guerra entre Ucrania y Rusia y con ello el desplazamiento de miles de personas que buscan refugio en países europeos. En el caso de nuestro país, tal movilidad está llegando a pueblos de la España vacía donde el ucraniano empieza a formar parte del ADN de aquellos lugares afectados por la despoblación.
Los más de 130 mil ucranianos que han llegado a la península empiezan a asentarse y a empadronarse en las diferentes comunidades autónomas. Según cifras del último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), se registraron en el pasado mes de marzo 21.217 altas en el padrón de ciudadanos con nacionalidad ucraniana. Esta cifra supone un aumento de más de 20.000 altas respecto a las 435 del mes febrero.
En Villanueva de Bogas ya hablan ucraniano
El desglose de esta cifra, por comunidad autónoma, muestra que en Castilla-La Mancha, por ejemplo, se empadronaron 811 ucranianos. De esta región, Villanueva de Bogas, localidad con 700 habitantes, ha visto llegar a una veintena de refugiados que suponen un aumento del 3% del censo y quienes ven con ilusión empezar una nueva vida en esta localidad manchega.
Otro pueblo que renace con la llegada de familias ucranianas es San Xoan del Río, una localidad ubicada en Ourense, Galicia. A este rincón gallego, catalogado como el pueblo más longevo de la región, llegaron cinco familias con nueve menores.
San Xoan del Río tiene una población de 549 habitantes, según el último censo de 2018, cifra que ha aumentado gracias a la llegada de los 19 ucranianos que escaparon de la guerra y que fueron acogidos por este pueblo gallego.
Superar la barrera idiomática
Actualmente residen en el albergue municipal Os Biocos, donde reciben clases de español para superar la barrera idiomática y poder empezar una nueva vida en una España vacía que se anima a renacer del anonimato con la llegada de estas víctimas de la guerra.