España puede ser uno de los grandes beneficiados de los usos de la resina de pino, un potencial de cara al futuro que pretende afianzarse como oro líquido biodegradable y reemplazar en muchas de sus aplicaciones al petróleo, cuyas reservas se espera que se agoten, aproximadamente, en el año 2050.
La resina puede convertirse en una materia prima estratégica en los próximos años y consolidarse como una alternativa importante, mucho más sostenible y económica conforme el precio del crudo se dispare. Su tecnología puede actuar como sellador, pegamento y barniz, y su extracción revaloriza los montes, evita incendios y plagas y protege la biodiversidad.
Actualmente, España es el país que cuenta con mayor número de fabricantes de resina en toda Europa, además de ser uno de los últimos del Viejo Continente donde resiste esta práctica tradicional. Después de Suecia, nuestro país es el territorio con más bosque de Europa.
En 1961, España produjo 55.267 toneladas de resina, siendo más del 90% procedente de los bosques de Ávila, Valladolid, Soria y Segovia. La falta de demanda y fuerte caída de los precios llevaron a que la producción descendiera y casi desapareciera en la década de 1990.
Sin embargo, la última década ha supuesto un antes y un después dentro de la industria resinera gracias al impulso por la crisis de la cultura del plástico. No solo se ha vuelto a resinar, sino que poco a poco los programas de investigación y planes nacionales empiezan a resurgir.
En Castilla y León, donde se esconde este nuevo tesoro en muchas de sus 400.000 hectáreas, la resina no solo ha sido un sustento económico para las comunidades rurales, sino un oficio que se transmite de generación en generación. Aunque es la provincia segoviana la gran referente en este sentido, ya que reúne alrededor de un millón y medio de pinos destinados a la resinación, repartidos en más de 60 localidades.
El petróleo del futuro
"La resina es el petróleo del mundo de hoy y del futuro. La idea es que todos los usos del petróleo sean reemplazados por la resina", afirma en declaraciones a la BBC, Blanca Rodríguez-Chaves, vicedecana de la facultad de derecho de la Universidad Autónoma de Madrid.
Sostiene que la mayoría de los productos elaborados con petróleo, como el plástico, que no es biodegradable, también se pueden fabricar con resina y se descomponen más fácilmente. "El bosque es el gran proveedor de recursos renovables y energía que permite sustituir los productos del petróleo. La resina juega el papel principal", asegura.
Por su parte, Guillermo Arranz, ingeniero técnico forestal y resinero, revela que para vivir de la resina y que resulte rentable es necesario un mínimo de 6.000 pinos, de marzo a septiembre. "Yo llevo 10 años en esto y es un buen futuro. Es un sector que a día de hoy depende mucho del precio del petróleo, pero cada vez habrá menos petróleo y mas caro y la resina es su principal competidor", revela en la BBC.