
En los lineales del supermercado ya se pueden encontrar varios productos con el etiquetado Nutriscore, que identifica por colores y letras os productos más o menos saludables. Está previsto que su plena implantación se produzca a finales de este año. Lo cierto, la utilidad de este tipo de clasificaciones por colores está avalada por la ciencia.
Así, un nuevo análisis que ha integrado los hallazgos de 134 estudios realizados a lo largo de 30 años sobre el impacto de las etiquetas y advertencias nutricionales codificadas por colores que se encuentran en la parte frontal de algunos envases de alimentos, ha confirmado que estas etiquetas realmente sí fomentan compras más saludables, según publican sus autores en la revista de acceso abierto PLOS Medicine y recoge Europa Press.
Para ayudar a clarificar el impacto de las etiquetas nutricionales de la parte delantera del envase, el investigador Jing Song, de la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido), y sus colegas analizaron los datos de 134 estudios revisados por pares y publicados entre enero de 1990 y mayo de 2021. Aplicaron un método analítico conocido como meta-análisis de red para integrar los resultados de los estudios y evaluar el impacto de cuatro sistemas de etiquetado diferentes: dos que utilizan códigos de colores y dos que utilizan advertencias.
Este meta-análisis demostró que los cuatro sistemas de etiquetado parecían ser ventajosos para animar a los consumidores a comprar productos más beneficiosos desde el punto de vista nutricional. La evaluación de las cualidades nutricionales específicas descubrió que el etiquetado empujaba a los consumidores hacia alimentos y bebidas con niveles más bajos de energía, sodio, grasa y grasa saturada.
El análisis también puso de manifiesto los mecanismos psicológicos que pueden subyacer a la diferente fuerza de las distintas etiquetas, debido a su impacto en la comprensión de la información nutricional por parte de los consumidores y a los cambios de actitud resultantes hacia los alimentos poco o nada saludables.
Las etiquetas con códigos de colores parecían ser más beneficiosas para promover las compras más saludables, y las etiquetas de advertencia eran más eficaces para desalentar las compras poco saludables.
Estos resultados podrían ayudar a orientar y perfeccionar las políticas de etiquetado en la parte delantera del envase para mejorar la salud pública. Mientras tanto, futuras investigaciones podrían basarse en este estudio abordando conceptos relacionados, como el impacto del etiquetado en la reformulación de los productos por parte de la industria alimentaria o los beneficios a más largo plazo del etiquetado en el comportamiento de compra.
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