Las entrevistas de trabajo ya son de por sí lo suficientemente estresantes, pero las entrevistas por vídeollamada en software como Zoom o Skype añaden a esa capa de cosas que no puedes controlar la de que toda la tecnología funcione correctamente.
Sin embargo, si estás haciendo una entrevista para un puesto de trabajo en remoto o para una empresa que aún no ha regresado a la oficina es bastante probable que tengamos que pasar por ellas.
Y aunque hemos leído mucho sobre iluminación, posición de la cámara o cómo preparar una entrevista por videollamada, hay algo que siempre suele quedarse en el tintero: la importancia del lenguaje corporal y facial, que aunque no estemos presentes, sigue cobrando un papel fundamental.
Realizar una entrevista por vídeo con éxito requerirá un esfuerzo adicional por tu parte, en comparación con una entrevista telefónica o en persona. No solo tendrás que preparar un espacio libre en tu casa, sino que también tendrás que poner a prueba la tecnología asegurándote de que tu conexión a internet es estable, de tener una cámara web y un micrófono decentes y de dejar, en definitiva, el plano tecnológico atado.
Una vez que tengas todo lo básico, es imperativo que presentes el mejor lenguaje corporal posible durante una entrevista de vídeo. El lenguaje corporal es la forma no verbal de comunicarnos con los demás, y el lenguaje corporal durante una videoentrevista puede transmitir mucho.
Cómo tener un buen lenguaje corporal en una videollamada
El objetivo, como si fuera una entrevista física, debe ser mostrar confianza, amabilidad y positividad. La forma en que nos sentamos frente a la cámara, nos ponemos de pie y gesticulamos influye en la evaluación que hará de nosotros el entrevistador. A continuación, aquí van algunos consejos que pueden ser de ayuda:
El contacto visual no es tan evidente como parece
Mirar directamente a tu entrevistador es importante en cualquier entrevista, pero especialmente en una entrevista en vídeo. El problema es que a algunos solicitantes de empleo les resulta difícil saber exactamente a dónde mirar durante la entrevista mientras están hablando.
El consejo general es mirar directamente a la cámara, en lugar de a la pantalla del ordenador. Mirarse a sí mismo en la pantalla mostrará que nuestros ojos están mirando a otra parte y puede hacer que el entrevistador sienta una desconexión. Al igual que en una entrevista en persona mirarías directamente al entrevistador, y no a la izquierda o a la derecha, centra también tu atención en él durante una entrevista en vídeo.
Sentarse recto y con la cámara frontal
Tener una buena postura durante la entrevista demuestra que estás alerta, interesado y comprometido. Estar encorvado en tu asiento puede parecer poco profesional y hacer que parezca que eres demasiado informal y, por tanto, que no estás tan interesado en el puesto como deberías.
Juega con los espacios en la medida de lo posible
Normalmente, cuando alguien dice algo interesante, la respuesta natural es inclinarse más hacia él. Pero si estás haciendo una entrevista en vídeo, no puedes inclinarte demasiado antes de ser un gran ojo frente a una webcam.
Cuando sientas que es natural hacerlo, puedes inclinarte mientras el jefe de contratación habla... pero no demasiado. Inclinarse unos centímetros hacia delante suele ser suficiente durante una entrevista en vídeo para expresar tu interés.
Gesticular en pantalla no es lo mismo que en la vida real
Mucha gente gesticula mientras habla para animar sus historias o para transmitir su punto de vista. El problema es que la mayoría de la gente no se da cuenta de la frecuencia con la que utiliza sus manos hasta que se ve a sí misma en vídeo. Durante la entrevista en vídeo, puedes gesticular mientras hablas, pero hasta cierto punto.
No cruces los brazos ni las piernas
En un intento de no gesticular de forma descontrolada, puedes tener la tentación de cruzar los brazos. Desgraciadamente, al hacerlo puedes dar la impresión de estar cerrado o molesto. Como esa no es la imagen que quieres dar a un posible empleador, mantén los brazos cómodamente a los lados y los pies apoyados en el suelo para parecer más abierto y comprometido.