La Dirección General de Tráfico (DGT) ha hecho balance de los datos de siniestralidad en carretera en 2020. Un año atípico, marcado por la pandemia de la covid-19, y que como era de esperar ha tenido un descenso en el número de fallecidos. Eso sí, en casi un 25% menos, este dato se achaca a las restricciones de movilidad, dejando a España como el cuarto país de toda la Unión Europea con menor tasa de decesos por cada millón de habitantes.
En 2020 fallecieron 1.370 personas en accidentes de tráfico. Es decir, 385 decesos menos respecto a 2019, con un descenso en todas las comunidades autónomas (menos Aragón; cinco más, Castilla-La Mancha; tres más, y Ceuta y Melilla; una más) y en todos los meses (menos en septiembre). Además, el dato también sufrió un considerable decrecimiento en el número de mujeres muertas (28%; frente al 20% menos de hombres) y ancianos (un 26% menos).
Datos que avalan la imposibilidad de salir de casa, así como de diferentes regiones, durante largos meses. Y es que las carreteras españolas sufrieron un 25% menos de desplazamientos a lo largo de todo el año, a pesar de que el parque automovilístico creció un 1% respecto a 2019.
De esta forma, la tasa de mortalidad se situó en 29 fallecidos por cada millón de habitantes, siendo la cuarta más baja de toda la UE (la media continental fue de 42. Solo Suecia, Malta y Dinamarca superan los buenos datos de España que, en palabras del director de la DGT Pere Navarro, el reto ahora se sitúa en "no volver a la normalidad" en este apartado.
Las vías interurbanas bajan de los 1.000 decesos
En cuanto al perfil del siniestro, la mayor reducción se dio en las ciudades (24%), aunque el dato más significativo llega en las vías interurbanas. Ahí, por primera vez, el dato bajó de los 1.000 fallecidos (975) con un descenso del 21% respecto a 2019 siendo las autopistas y autovías el aspecto más significativo (un 35% menos).
Pese a los descensos, el alcohol y la velocidad crecen como motivos de accidente
Eso sí, lo que no cambió 2020 fueron los motivos del accidente y es que por quinto año consecutivo las distracciones al volante fueron el síntoma más peligroso. Con un tercio del total, a estas le siguieron el consumo de alcohol y la velocidad, que subieron tres y dos puntos, respectivamente, frente al año anterior.
Por último, también se vieron menos accidentes en actores vulnerables (peatones, ciclistas y motoristas), aunque siguen suponiendo la gran preocupación en vías urbanas pues representaron el 80% del total de muertos en ciudad.
Datos todos avalados por las restricciones de movilidad, pero que confirman que España sigue siendo uno de los países más concienciados con la siniestralidad en carretera. Eso sí, aún con mucho por mejorar, en el objetivo de "cero fallecidos para 2050", hubo casi 95.000 personas heridas en accidentes de los que más de 6.500 requirieron de ingreso hospitalario.