
El auge de las meme coin está generando un ecosistema perfecto para especuladores y estafadores. Personas que prometen riquezas a potenciales inversores en base a una moneda ridícula que, realmente, goza de poco valor. El problema radica en que muchos inversores noveles creen que pueden encontrar el próximo Dogecoin y llevan a cabo apuestas completamente absurdas.
David Segal, reportero de The New York Times, quiso demostrar la idiotez que rodea este mundo y poner de manifiesto lo fácil que es estafar a cientos de personas. Para ello, creó Idiot Coin. "El objetivo era demostrar que la creación de una moneda exagerada no requiere experiencia y que muchas son endebles y peligrosas", dijo el periodista.
Según comentó Seagal, quería realizar este experimento sin que nadie sufriese daños económicos. Y es que al día se crean docenas de criptos que operan sin supervisión y atraen a millones de personas con la intención de ganar dinero fácil y rápido. "Por lo general, termina mal", y la mayoría de las monedas pierden todo valor en un par de semanas, tal y como recoge Insider. Además, las pérdidas estimadas por invertir en este tipo de monedas pueden llegar a alcanzar los 1.000 millones de dólares al año. Un dinero que, por supuesto, recae sobre los desarrolladores.
Seagal centró sus esfuerzos en conseguir que las personas no invirtiesen
Para crear esta moneda, Seagal consultó a dos abogados para no entrar en ninguna ilegalidad. Ambos confirmaron que cualquier regulador podría denunciarle, por lo que lo mejor que podía hacer era asegurarse de que la moneda era un rotundo fracaso.
El reportero solo tuvo que pagar 300 dólares en tarifas para poder crear 21 millones de monedas digitales. Además, también creó una página web llamada Coinforidiots.com. En el portal, instaba a los inversores a que se fuesen de la web. Asimismo, contrató a un tiktoker para que promocionase la moneda, en el video salía regodeándose del dinero ganado con billetes falsos de cien dólares.
"Realmente, estaba decepcionando a estas personas al negarme a prometerles riquezas", escribió Segal en su reportaje.
Pese a sus esfuerzos para anunciar que se trataba de una moneda sin valor, aunque anunció su creación en algunas plataformas especializadas, cuatro personas llegaron a adquirir 73 Idiot Coins de los siete millones de monedas que el reportero puso a la venta.