La apuesta de Repsol por ser cero emisiones netas en 2050 es contundente. Como recoge su Plan Estratégico 2021-2025, en este período el foco de la compañía está puesto en la transformación, trabajando en mejorar la eficiencia de sus procesos e impulsando varias de las tecnologías que se perfilan como potenciales soluciones para la descarbonización. Un camino en el que la multienergética ha ido asumiendo metas más ambiciosas año tras año.
De hecho, en octubre de 2021, Josu Jon Imaz, su consejero delegado, anunció un incremento de los objetivos de generación renovable, así como un aumento de la inversión de Repsol en soluciones bajas y neutras en carbono para acelerar en su compromiso de haber reducido el 30% de sus emisiones netas en 2030.
Se destinarán 1.000 millones más de lo previsto a proyectos bajos en carbono
Con este motivo, destinará 1.000 millones de euros más de lo previsto a proyectos bajos en carbono en el período 2021-2025, hasta un total de 6.500 millones de euros. Su inversión en esta etapa se dirige principalmente a ampliar su capacidad de generación eléctrica renovable (hasta alcanzar los 20GW en 2030) y la producción de hidrógeno libre de emisiones, entre otras iniciativas.
Pilares de la transformación
Repsol ha ido transformando sus diferentes negocios para avanzar en su objetivo de descarbonización. Uno de los pilares de esta transformación es la digitalización. La Inteligencia Artificial (IA), el Big Data, la automatización de operaciones o las soluciones en la nube son ejes principales de la estrategia de la compañía para acelerar la transición energética.

La digitalización también ha impactado en la relación de la compañía con sus clientes. Repsol se hizo el año pasado con el 100% de Klikin, startup junto con la que ha impulsado Waylet, su aplicación de pago para sus estaciones de servicio y comercios, que finalizó 2021 con tres millones de usuarios registrados; lanzó el pasado año Vivit, una aplicación móvil destinada a los clientes de hogar, y también la comunidad Repsol Más Energías para ofrecer un servicio que integra los diferentes productos de la marca y en el que los usuarios puedan tener una visión global multienergía de sus servicios.
Por otra parte, la economía circular, que gana presencia en toda su cadena de valor, desde la obtención de materias primas hasta la comercialización de productos y servicios. Repsol ya ha puesto en marcha más de 230 iniciativas de esta índole, en las que cuenta con el apoyo y las sinergias de más de 200 socios estratégicos.
De hecho, la compañía está introduciendo la circularidad en sus procesos industriales a través de proyectos para la fabricación de combustibles y otros compuestos sostenibles empleando materias primas alternativas, como residuos. La ambición es utilizar tres millones de toneladas anuales de residuos, lo que permitiría mitigar más de siete millones de toneladas de CO2 al año en 2030 en la fabricación de nuevos productos de alto valor añadido.
Proyectos punteros
Un ejemplo son los combustibles sostenibles, un campo en el que Repsol cosechó varios hitos el pasado año. La compañía ha iniciado las obras de la planta de biocombustibles avanzados de Cartagena, la primera de este tipo en España. Con una inversión de 200 millones de euros; la instalación será capaz de suministrar 250.000 toneladas al año de estos combustibles renovables elaborados con residuos como materia prima, como son el biodiésel, biojet, bionafta y biopropano, que serán esenciales para la descarbonización del transporte.

Además, la operadora, que incorpora biocombustibles a sus carburantes de automoción desde hace más de dos décadas, consiguió procesar por primera vez hidrobiodiésel a partir de aceite de cocina usado en su refinería de La Coruña y anunció la construcción de una Ecoplanta Molecular en Tarragona, con capacidad de convertir 400.000 toneladas de residuos sólidos urbanos no reciclables en metanol que se utilizará en plásticos renovables o biocombustibles avanzados.
La ambición de la compañía en generación renovable crece un 60%
Pero no sólo eso. También avanza en sus objetivos de producción de hidrógeno renovable. Repsol es el primer productor y consumidor de hidrógeno en España y utiliza este gas desde hace décadas como materia prima para fabricar multitud de productos esenciales para la movilidad, la construcción, el sector sanitario o el agrícola, entre otros.
En este sentido, la entidad presidida por Antonio Brufau se ha fijado la ambición de ser líder en este ámbito en la Península Ibérica y tener una posición relevante en el mercado europeo. La compañía prevé alcanzar en 2025 una capacidad de generación equivalente a 552 MW y llegar a 1,9 GW en 2030.
Alianzas por el hidrógeno
Repsol dio a conocer en octubre su estrategia de hidrógeno, a la que va a destinar más de 2.549 millones de euros. Recientemente, presentó el proyecto SHYNE (Spanish Hydrogen Network), el mayor consorcio de hidrógeno renovable en España, integrado por 33 entidades de diferentes sectores, que tiene el objetivo de alcanzar una capacidad instalada de 500 MW en 2025 y de 2 GW en 2030.

En 2021 también se pusieron en marcha otras iniciativas relevantes relacionadas, como el Corredor Vasco del Hidrógeno, BH2C y el impulso, junto a otras entidades, del Valle del Hidrógeno de Cataluña (H2ValleyCat) y del Valle del Hidrógeno Verde de la Región de Murcia.
En este contexto, la compañía prevé instalar electrolizadores de 100 MW en Bilbao y Cartagena y de 150 MW en Tarragona; ha formalizado una alianza con EDP para poner en marcha distintos proyectos en la Península Ibérica; y ha llegado a un acuerdo con Talgo para fomentar el tren de hidrógeno.
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