
Talgo recibió este fin de semana la homologación técnica para su tren de larga distancia Talgo 230 por parte de la Agencia Europea de Ferrocarriles (ERA) y de la Agencia Federal Ferroviaria de Alemania (EBA). Esta doble certificación abre la puerta a la entrada en servicio de las composiciones contratadas por las operadoras ferroviarias de Alemania y Dinamarca, Deutsche Bahn (DB) y Danske Statsbaner (DSB), al avalar que estas unidades cuentan con los estándares de seguridad, interoperabilidad y prestaciones fijados por la normativa comunitaria.
El reconocimiento supone alcanzar un hito clave en el proceso de entrega de estas unidades, que acumulan varios meses de retraso respecto al calendario inicialmente fijado. Desde el fabricante español no han querido desvelar la puesta en servicio de estas unidades, aunque DSB fijó noviembre para el estreno de las ocho primeras unidades en la ruta Hamburgo–Copenhague y las ocho restantes se entregarán en 2026.
En Alemania, Deutsche Bahn prevé desplegar cuatro unidades ICE L en el segundo semestre de 2025 y solo en rutas nacionales; a lo que se sumarán nueve más en 2026. Quedarían por entregar otras diez del encargo original, anunciado en 2019, y que contemplaba el suministro inicial de 23 ramas antes de 2023. Ese mismo año, aún sin haber sido entregadas y asumiendo la demora, los alemanes adquirieron otras 56 composiciones hasta hacer un total de 79 sobre un acuerdo marco todavía vigente que permitía adquirir hasta 100 trenes.
Dos años de retraso
Pero los retrasos acumulados y las dificultades constatadas en el proceso de homologación han provocado que contratista y cliente estén negociando un recorte del pedido original de hasta el 25%, hasta reducir ese volumen al entorno de las 60 unidades. El CEO de Talgo, Gonzalo Urquijo, reconoció meses atrás estas negociaciones y afirmó que "todo está sobre la mesa".
Las razones del recorte son múltiples y afectan tanto a los coches de pasajeros como a las locomotoras diseñadas por Talgo. La fabricación de los coches se concentra en Las Matas (Madrid) y Rivabellosa (Álava), pero el proceso ha acumulado un "grado de avance inferior al planificado en fabricación", según reconoció la propia compañía, lo que ha elevado los costes industriales indirectos y forzado a Talgo a retirar previsiones financieras anuales mientras ejecuta "un plan de recuperación".
Además, la homologación de la locomotora de la serie 105 —pensada para traccionar los Talgo 230— se está alargando todavía más. La disponibilidad de estas tractoras para los trenes ICE L germanos no se espera para antes de 2026, ante lo cual las composiciones iniciales saldrán a las vías remolcadas por locomotoras Vectron de Siemens. Desde la industria señalan que "se encuentran actualmente en un proceso de homologación independiente", sin detallar fechas.
Tecnología propia y diseño modular
El Talgo 230 es un tren de alta velocidad con una velocidad comercial máxima de 230 km/h, concebido para combinar ligereza estructural, alta capacidad y eficiencia en líneas densamente utilizadas. El uso de la rodadura desplazable y otros desarrollos propios de la compañía permite optimizar aceleración y frenado, lo que resulta clave para servicios con múltiples paradas sin necesidad de actuar sobre la infraestructura.
El diseño modular de la plataforma facilita la adaptación a distintas necesidades: las composiciones pueden configurarse desde 9 hasta 21 coches, lo que otorga flexibilidad a las operadoras para ajustar la oferta a la demanda estacional o a las particularidades de cada ruta. La interoperabilidad es otro de sus puntos fuertes, ya que la homologación cubre distintas combinaciones de locomotoras y coches, lo que facilita su integración en diversas redes y sistemas de tracción.
Orientado a rutas internacionales
El Talgo 230 se ha diseñado desde el inicio con vocación de servicio transfronterizo. Además de la certificación ya obtenida para Alemania y Dinamarca, Talgo prevé cerrar en breve las autorizaciones para Austria, Países Bajos y Suiza, en este último caso, limitado a la estación de Basilea.
En Alemania, el despliegue se llevará a cabo por fases. Inicialmente, las composiciones ICE L circularán remolcadas por locomotoras Vectron de terceros fabricantes. A medio plazo, se prevé incorporar la tracción propia de Talgo, las locomotoras Br 105, que están sometidas a un proceso de homologación independiente todavía sin fecha de conclusión.
Francia, siguiente objetivo
Otro país donde Talgo tiene puestas sus miras es Francia, donde también tiene en marcha pruebas para lograr la homologación definitiva de su otro modelo, el Avril, que fue adquirido por Renfe y con quien aspira a circular en la línea Lyon–París para competir con la operadora gala SNCF.
En este caso, la unidad 106-009 —capaz de circular por tres tensiones eléctricas distintas y equipada con los sistemas de seguridad exigidos por Francia— ha superado recientemente las pruebas de compatibilidad en el Technicentre Est Européen de Bobigny, lo que certifica que puede recibir mantenimiento en las instalaciones parisinas de SNCF Voyageurs sin necesidad de retornar cada día a Barcelona.
Este avance permitirá agilizar la siguiente fase de ensayos en la línea de alta velocidad Rin–Ródano, con base en Mulhouse, aunque la entrada en servicio sigue condicionada por los retrasos acumulados en la homologación, que han impedido cumplir el objetivo inicial de operar antes de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Un proceso técnico complejo
La obtención de la homologación en Alemania ha requerido un trabajo continuado durante varios años junto a TÜV SÜD Railway, organismo certificador en materia de seguridad e interoperabilidad ferroviaria en la UE. El procedimiento se ha desarrollado en seis fases, desde la definición administrativa de requisitos con las agencias nacionales y europea, hasta la autorización final que ahora se ha hecho efectiva.
El proceso incluyó pruebas estáticas en España, seguidas de una extensa campaña de ensayos dinámicos de casi dos años en Alemania, Austria, Suiza y Países Bajos. Estas pruebas han evaluado, entre otros aspectos, el rendimiento de los sistemas de freno, la aerodinámica, la compatibilidad electromagnética y la respuesta de la estructura y equipos en distintas condiciones climáticas y de infraestructura.
Flix contrató 30 de estos trenes
Más allá de los contratos con DB y DSB, Talgo amplió su cartera de pedidos de este modelo con la firma en mayo de un acuerdo con Flix, valorado en hasta 2.400 millones de euros, para el suministro de un máximo de 65 trenes de alta velocidad basados en la plataforma 230. El pedido inicial, de 30 unidades, asciende a unos 1.060 millones de euros. Estos trenes se configurarán para operar en todos los países donde el grupo de movilidad tiene operaciones: Alemania, Austria, Países Bajos, Dinamarca y Suecia, con plena interoperabilidad para superar las distintas fronteras.