IBEX 35
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El Ibex 35 vuelve a perder a cierre de semana los 14.000 puntos y acaba los últimos cinco días de negociación con un balance negativo (-0,1%) aunque está ya a menos de un 3% de sus máximos anuales, en los 14.323 enteros de finales de mayo. El tirón de el resto de bolsas europeas en la última sesión de la semana, alimentado por los nuevos récord en Wall Street, también viene condicionado por la expectativa de que el Banco Central Europeo (BCE) mantenga un tono dovish en la próxima reunión de tipos de la próxima semana, lo que ha llevado a los inversores a aumentar su apetito por el riesgo. En concreto, en la sesión de este viernes el selectivo ha cerrado en los 13.986,52 puntos, lo que representa un retroceso en la sesión del 0,05%.
En una nota a clientes, Banco Santander subraya que "el Ibex sigue mostrando resiliencia frente a otros índices europeos gracias a la rotación hacia sectores defensivos y a la solidez de la banca doméstica".
Por valores, Acciona Energía se ha erigido como la gran protagonista semanal del selectivo al dispararse un 6,8% tras conocerse que la compañía ha comenzado la construcción de una nueva planta solar en Perú donde acababa de realizar una desinversión.
También han brillado ACS (4,4%), así como Acciona (3,9%), Grifols e IAG, ambas con revalorizaciones superiores al 3%.
Al otro lado de la tabla destacaron los descensos de Rovi (-5,1%) y de los fabricantes de acero ArcelorMittal (-4,7%) y Acerinox (-5,04%). También el sector financiero ha dado muestras de cierto cansancio: BBVA cedió un 1,2%, Banco Sabadell un 1,2% y CaixaBank un 0,7%.
De hecho, desde el punto de vista técnico, el Ibex 35 lleva ocho semanas consolidando posición sin llegar a registrar, en el balance semanal, alteraciones de precio superiores al 1%. Así, según Joan Cabrero, analista de Ecotrader, la perforación del soporte entre los 13.600 y 13.700 puntos "marcaría el inicio de una corrección hacia, cuanto menos, los 13.300 y no sería descartable una caída a los 12.650 puntos, que representan un retroceso del 38,20 y 61,80% respectivamente de la última subida desde los mínimos de abril".
En el caso del EuroStoxx 50, los 5.190 puntos son el nivel de referencia a vigilar. "Si se pierden, se confirmaría un patrón de giro bajista y estaríamos ante el susto que hace tiempo que les sugiero aguardar antes de disparar su munición en forma de liquidez que espero tengan", afirma el experto. En la semana, el selectivo paneuropeo marca un tímido retroceso de apenas el 0,4%, en contraposición con las subidas en el resto de grandes plazas europeas: el Dax alemán gana un 0,1% y Mib Ftse italiano hace lo propio en el entorno del 0,6%.
Wall Street desoye a su presidente
Entretanto, la brecha entre Europa y Wall Street, poco a poco se va reduciendo con un S&P 500 marcando máximos históricos y situando el avance acumulado en el año en el entorno del 7%, es decir, está ya a menos de tres puntos porcentuales del mercado europeo.
El nuevo récord para la bolsa estadounidense se apoya en una temporada de resultados que, por el momento, está siendo mejor de lo previsto, sobre todo, para la tecnología. Si bien es verdad que la industria reina del parqué neoyorquino se recupera tras un primer trimestre de 2025 complicado por la irrupción de la inteligencia artificial china, a nivel global, los analistas esperan un crecimiento de los beneficios por acción de las empresas del S&P 500 del 5%, lo que marcaría el ritmo más lento de ganancias desde finales de 2023.
"En el escenario central, lo que se espera es que los resultados corporativos del segundo trimestre sigan siendo positivos, incluso que sorprendan positivamente, lo cual serviría para descartar un desplome en las cotizaciones y pensar más bien en un escenario de consolidación", comenta Victoria Torre, de Self Bank.
El caso es que las estimaciones contemplan que solo seis de los 11 sectores del índice firmen una mejoría de las cuentas para el segundo trimestre. Por sectores, comunicación y tecnología, las gran beneficiadas, según los expertos, y la energía, la industria que peor podría hacerlo.
Y es que a pesar de los impulsos recientes, Jamie Dimon, el director ejecutivo de JP Morgan, advertía hace unos días que todavía "persisten riesgos significativos, incluidos los aranceles y la incertidumbre comercial, el empeoramiento de las condiciones geopolíticas, los altos déficits fiscales y los precios elevados de los activos". Y Jane Fraser, de Citigroup, añadió que "la volatilidad probablemente será una característica, no un defecto del nuevo panorama global".