
La palabra incertidumbre sobrevuela continuamente el mercado desde que empezó el año. Y esto se nota en el ánimo de los inversores. En el caso de los españoles, la rentabilidad a la que aspiran se ha recortado a la mitad respecto al ejercicio anterior. Se marcan como objetivo un 6,7%, frente al 13,4% de 2024, según una encuesta realizada por Natixis IM a más de 7.000 inversores particulares de todo el mundo entre febrero y marzo, es decir, antes incluso de que Donald Trump pusiera todo patas arriba el Día de la Liberación, con su agresiva política arancelaria. Es uno de los porcentajes más bajos entre los encuestados, tan sólo por delante de Suiza, Corea del Sur y Francia.
A largo plazo, los españoles son algo más optimistas, y esperan poder generar rendimientos del 9,1% por encima de la inflación. Esta cifra también es inferior a la que se marcan como meta el resto de inversores de todo el mundo, que hablan de un 10,7% adicional a la inflación. Sin embargo, los asesores financieros consideran que esta expectativa de rentabilidad a largo plazo, del 10,7%, es demasiado ambiciosa y sugieren que un objetivo más alcanzable se situaría en torno al 8,3%.
No obstante, perseguir rentabilidades de doble dígito implica asumir riesgo y, por tanto, una inversión sustancial en renta variable. Lo cual es un reto de por sí, puesto que sólo el 53% de los inversores a escala global afirma sentirse cómodo con el riesgo necesario para obtener ese mayor rendimiento. "La volatilidad que hemos visto en los mercados durante el año puede continuar, dadas las tensiones geopolíticas y los vaivenes de la guerra arancelaria", señala Javier García de Vinuesa, country manager de Natixis IM para España. En el caso del inversor español, "es cada vez más sofisticado y busca alternativas ante el hecho de que la renta variable y la renta fija están cada vez más correlacionadas, por lo que una distribución tradicional 60-40 ya no tiene el mismo efecto diversificador en las carteras. Y ante esta dinámica, la gestión activa y los mercados privados emergen como respuesta. Los activos privados pueden ofrecer diversificación real, reduciendo drásticamente la volatilidad de las carteras, y ofreciendo primas de rentabilidad adicionales", añade.
La inflación, una piedra en el zapato
Si se entra al detalle de qué es lo que atormenta al inversor a escala global, no sólo al español, aparece la temida inflación. A pesar de que ésta se acerca a los objetivos que establecen los bancos centrales en muchos países, del 2%, pocos creen que está bajo control y es que la guerra comercial amenaza con otro shock de precios. En términos generales, solamente el 41% de los inversores piensa que la inflación es cosa del pasado. En el caso de Europa, las previsiones del Banco Central Europeo (BCE) apuntan a que la inflación general se situará en un promedio del 2% en 2025, del 1,6% en 2026 y del 2% en 2027. Eso implicaría que el IPC volvería a estar bajo control.
Es más, dos tercios de los encuestados afirman que actualmente ahorran menos debido al aumento de los precios y más de la mitad afirma que la inflación ha erosionado sus ganancias. Recordar que la rentabilidad real que obtiene cualquier inversión es el resultado de restar la inflación a la rentabilidad que consigue. En el caso de España, la inflación se ha moderado en mayo hasta el 1,9%.
¿Los otros factores que preocupan al inversor particular, al margen de la inflación? Un colapso económico ocuparía el segundo puesto, un crash en los mercados financieros el tercero, un conflicto internacional el cuarto y los impuestos, el quinto.
¿Dónde invertir?
Ante la inestabilidad del mercado, los inversores han empezado a abrir su mente a la hora de buscar oportunidades de inversión, según refleja esta encuesta. Al igual que los inversores institucionales, los particulares también ven oportunidades en los mercados privados (en ellos se negocian activos que no cotizan en las bolsas tradicionales, de manera que las inversiones no suelen estar disponibles para el público en general). En general, el 44% de los encuestados afirma que cuanto más leen sobre los activos privados más desean invertir, mientras que el 50% opina que los rendimientos que ofrecen merecen el gasto adicional. A muchos les preocupa, eso sí, la liquidez de estos activos.
Otra lectura que deja este sondeo es que pese al boom por la inteligencia artificial, los inversores particulares no están especialmente interesados en invertir en ella. Es más, el 51% de los inversores a nivel mundial afirma que la IA es una burbuja a punto de estallar.