En el corazón del desierto de Taklamakán, en la cuenca de Tarim, China ha perforado un acceso directo a las profundidades de la Tierra. El pozo Shendi Take-1, llevado a cabo por la estatal China National Petroleum Corporation (CNPC), se ha convertido en el segundo pozo vertical más profundo del mundo (mucho más que este pozo submarino que compite en otra liga), alcanzando la asombrosa cifra de 10.910 metros. Si esta perforación se extendiera de manera horizontal, su recorrido abarcaría desde las emblemáticas Torres Kio en Madrid hasta Alcobendas, un trayecto que resulta mucho más comprensible para nuestra escala cotidiana que la inmensidad geológica a la que se ha adentrado este coloso de la ingeniería.
A lo largo de los 580 días que tomó completar la perforación, los últimos 910 metros requirieron más de la mitad del tiempo total, un reflejo del desafío extremo que representa perforar en las capas más antiguas y compactas del subsuelo terrestre. Este proyecto no solo tiene el objetivo de encontrar hidrocarburos en lo más profundo de la corteza terrestre, sino también de desentrañar los misterios geológicos que han quedado sellados en formaciones rocosas de más de 540 millones de años.
El pozo atraviesa varias formaciones geológicas, cada una como una página de un libro milenario escrito en piedra. Entre los estratos encontrados, se identifican testigos de roca pertenecientes al Precámbrico, un período que precede la aparición de la vida compleja en la Tierra. Estas muestras proporcionan información muy valiosa sobre la evolución de la corteza terrestre, permitiendo a los científicos reconstruir la historia geológica de la región.
La perforación de un pozo de tal magnitud no es solo una proeza científica, sino también un reto técnico colosal. Para ello, se utilizó una innovadora perforadora automatizada capaz de alcanzar los 12.000 metros, la primera de su tipo en el mundo. Además, se implementaron cerca de 200 herramientas especializadas para sortear las elevadas temperaturas y presiones que amenazan con convertir cualquier operación en una odisea tecnológica.
En la cuenca de Tarim, la exploración de formaciones ultraprofundas (a más de 6.000 metros) ha sido durante décadas un desafío para geólogos y petroleras, explica Jorge Navarro, profesor del Máster de Ingeniería de Petróleo y Gas de la Universidad Politécnica de Madrid. Su complejo sistema de fallas, sus altas presiones y las temperaturas extremas han dificultado la evaluación de sus recursos energéticos. Sin embargo, con este nuevo pozo, China da un paso adelante en la exploración de hidrocarburos a grandes profundidades, abriendo una puerta hacia yacimientos hasta ahora inaccesibles.
Shendi Take-1 no solo desafía los límites tecnológicos, sino que también pone en perspectiva otros grandes hitos en la perforación ultraprofunda. Aún sigue detrás del legendario pozo Kola Superdeep Borehole (SG-3) en Rusia, que con sus 12.262 metros mantiene el récord mundial. Este pozo soviético, perforado entre 1970 y 1992, fue un experimento puramente científico, destinado a estudiar las capas más profundas de la corteza terrestre, mientras que el pozo chino tiene un doble propósito: investigación y exploración energética.
La comparación con el pozo Kola no es casual. Ambos representan hitos en la comprensión de la Tierra, aunque con enfoques distintos. Mientras que el proyecto ruso se adentró en el subsuelo sin esperar beneficios comerciales, el pozo chino combina la ciencia con la posibilidad de nuevos yacimientos petrolíferos que podrían redefinir la explotación de recursos energéticos en el siglo XXI.
Las condiciones extremas bajo las que se ha perforado Shendi Take-1 lo convierten en un hito en sí mismo. Las temperaturas en lo más profundo del pozo pueden superar los 200 grados Celsius, y la presión es cientos de veces mayor que la atmosférica a nivel del mar. Esto significa que cualquier error o imprecisión en la operación podría tener consecuencias catastróficas, haciendo que cada metro perforado sea una victoria sobre la naturaleza.
Una ventana al pasado geológico
Además de la exploración de hidrocarburos, este pozo servirá como una ventana al pasado geológico del planeta. Al analizar las muestras extraídas, los científicos pueden obtener pistas sobre la evolución de la corteza terrestre y las dinámicas tectónicas que han modelado la región de Tarim a lo largo de millones de años. En cierto modo, esta perforación es como un viaje en el tiempo, en el que cada capa de roca cuenta una historia sobre un periodo geológico la historia de la Tierra.
Más allá de la proeza técnica, Shendi Take-1 plantea preguntas sobre el futuro de la perforación profunda. ¿Hasta qué punto puede el ser humano perforar en busca de recursos sin alterar el equilibrio geológico? ¿Cuáles son los límites físicos y éticos de estas exploraciones? Mientras China abre un nuevo capítulo en la perforación extrema, el debate sobre su impacto ambiental y su viabilidad a largo plazo sigue abierto. Pekín lleva años buscando su independencia energética a través de inmensas inversiones. Por ahora, el resultado ha sido un tanto agridulce, con muchos descubrimientos pero sin lograr la ansiedad independencia, puesto que aún importa más de 11 millones de barriles de crudo cada día.
Este pozo no solo es un símbolo de la capacidad tecnológica de China, sino también una muestra de la creciente competencia en la exploración energética global. Con países como Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudí compitiendo por desarrollar nuevas técnicas de exploración y producción, los avances en perforación profunda podrían transformar radicalmente el mapa energético del mundo en las próximas décadas.
Así, con sus 10.910 metros de profundidad, el pozo chino no solo se inscribe en la historia de la ingeniería geológica, sino que se convierte en una metáfora del afán humano por llegar siempre un poco más lejos, por perforar las entrañas del planeta en busca de respuestas, recursos y nuevos desafíos que nos permitan comprender mejor el mundo en el que vivimos.
Relacionados
- El pozo sin petróleo más profundo de la Tierra al descubierto: el inesperado hallazgo que provocó su repentino cierre
- El colosal yacimiento de petróleo que ha puesto del revés los números de un viejo conocido de España
- Descubren un yacimiento de petróleo en el corazón de Europa: "Llevábamos una década sin encontrar crudo en la zona"
- Esta vez es diferente: el desplome del petróleo no expulsará a EEUU del mercado de crudo