
La economía de Marruecos está acelerando. Se prevé que el PIB se expanda alrededor de un 4% este año (tras varias revisiones al alza) y que en 2026 y 2027 siga expandiéndose a un ritmo cercano a esa tasa. ¿Cuál es su secreto? Convertirse en una España 'low cost'. Los sectores que están impulsando a la economía marroquí son los mismos que impulsaron y siguen impulsando a España hoy pero a un menor coste: el turismo y el automóvil.
Desde JP Morgan explican en una nota publicada esta semana que "Marruecos ha sido y probablemente seguirá siendo un país con una sólida trayectoria macroeconómica. El país es una economía de frontera sin grandes desequilibrios macroeconómicos, y las entradas de inversión extranjera directa (IED) le han permitido orientarse hacia sectores de mayor valor añadido", señalan los economistas del banco de inversión americano. La llegada de fábricas de automóviles ha sido una bendición para el empleo marroquí, mientras que el turismo deja cada año mayores ingresos que ayudan a equilibrar la balanza de pagos de Marruecos. Aunque aún está muy lejos, Rabat podría convertirse en el futuro en un serio competidor del turismo español.
Además, este país "disfruta de estabilidad macroeconómica y política, bajos costes laborales y una sólida relación con la UE. Marruecos también se ha convertido en un actor clave y en crecimiento en el sector del transporte, que abarca tanto la automoción como la aeroespacial, principalmente para el mercado de la UE. "Lo consideramos un candidato prometedor para alcanzar la categoría de investment grade (IG) en un futuro próximo", aseguran estos expertos. En el contexto financiero, "grado de inversión" se refiere a una calificación crediticia que indica un bajo riesgo de impago de una deuda, ya sea emitida por una empresa o un gobierno. Esta calificación se emplea cuando se habla de una elevada solvencia frente, por ejemplo, a la de high yield (alto rendimiento o grado especulativo), que señala una calificación crediticia más baja.
También cabe recordar que Marruecos es aliado histórico de EEUU, lo que le puede ayudar en plena guerra comercial desatada por el actual presidente, Donald Trump. De hecho, en su anterior mandato, Trump reconoció la soberanía marroquí del Sáhara Occidental, reivindicación histórica de Rabat.
El inicio de año ha sido mejor de lo esperado: la economía de Marruecos se ha expandido un 4,8% interanual en el primer trimestre, lo que ha elevado las previsiones de otros organismos para la economía africana. El fuerte crecimiento se debió tanto a la recuperación de la agricultura como a la continua fortaleza de los sectores no agrícolas. La mayor demanda interna y la menor inflación también impulsaron el crecimiento. Los datos revelan que las actividades no agrícolas lideraron el crecimiento económico, con un aumento de su valor del 4,6%, frente al 3,6% del año anterior, mientras que el sector secundario, la industria, tuvo un desempeño particularmente positivo, creciendo un 4,5%, en comparación con el 3,2% del año anterior. La industria está disparada en Marruecos.
La balanza por cuenta corriente (exportaciones menos importaciones a grandes rasgos) arrojó un déficit del 1,7% del PIB en 2024, la cifra más pequeña desde el covid. La métrica se redujo incluso a un 1,1% del PIB en el primer trimestre de 2025. Se espera que las exportaciones de automóviles y el turismo sigan equilibrando esta partida fundamental para economías que están en desarrollo. Analistas como los de Capital Economics confían en que ese déficit se acabe transformando en un pequeño superávit. Marruecos es un oasis de estabilidad dentro del convulso mundo emergente.
Ola de optimismo en los datos
Las cifras más recientes en estos dos sectores respaldan el optimismo en Rabat. Los datos publicados muestran que las llegadas de turistas a Marruecos aumentaron un 16% en el primer semestre de 2025 con respecto al año anterior. Mientras tanto, el Ministerio de Industria y Comercio ha anunciado que en el primer semestre se fabricaron más de 350.000 vehículos, un 36% más que hace un año.
En el caso del automóvil, se habla desde hace tiempo del reino alauita como la nueva 'meca del automóvil' en África. Aunque la francesa Renault lleva décadas produciendo en Marruecos aprovechando los menores costes laborales y la cercanía geográfica con Europa, esas bazas le han servido a Rabat para atraer nuevas y pingües inversiones. Citröen, tiene planeado producir alrededor de 100.000 vehículos en el país para 2027.
Sin embargo, ha llamado la atención el poderoso chorro de inversiones desde China en lo que atañe a la producción de baterías para los coches eléctricos. El grupo chino dedicado a las baterías Gotion High-Tech abrirá una gigafactoría en el país. La empresa Hunan Zhongke Shinzoom Technology, especializada en equipos electromagnéticos y ánodos para baterías, también. El grupo BTR New Material planea levantar igualmente una fábrica para producir 50.000 toneladas de cátodos al año.
Como señalan los analistas de Capital Economics en un informe sobre el buen desempeño de Marruecos, el mérito del avance más reciente en las cifras del automóvil se debe sobre todo a la expansión de las actividades en Tánger y Kenitra, impulsada por las inversiones procedentes de Europa y China. Si este nivel de producción se mantiene en el segundo semestre, la producción anual de automóviles de Marruecos superará a la de Italia, Polonia y Rumanía, ponen de relieve desde la casa de análisis británica.
En la actualidad, el peso del sector de la automoción en el PIB de Marruecos supera el 10,4%, mientras que emplea a unos 220.000 trabajos y supone más del 25% de todas las exportaciones del país. Desde el ICEX, el antiguo Instituto Español de Comercio Exterior, destacan que "con relación a Marruecos, este país goza de un factor fundamental de competitividad frente a otros países europeos, como es su cercanía geográfica, que permite unos plazos y costes logísticos más reducidos".
Un claro competidor para España
Aunque las comparaciones son odiosas y no hay dos economías iguales, este impulso de Marruecos en el turismo y el sector automotriz recuerda bastante a lo ocurrido en España en los años 60 y 70 del siglo XX. Fueron unos años de aperturismo económico en los que empezó a entrar ingente capital extranjero al tiempo que empezaban a desembarcar aviones llenos de turistas del norte de Europa y comenzaban a proliferar plantas automovilísticas más allá de la 'sempiterna' SEAT en Martorell. Hace ya unos meses, Françoi Conradie, analista de Oxford Economics, explicaba en declaraciones a elEconomista.es que la comparación con la España de los 60 y 70 es lógica y tiene sentido: "Sí, se aplica la misma lógica: tratar de aprovechar al máximo una fuerza laboral cualificada y relativamente barata que se encuentra fuera, pero cerca, del mercado central europeo".
Esta pujanza supone una clara competencia para una España que sigue dependiendo de forma clara tanto del turismo como del sector automotriz. Una competencia que se extiende a otros sectores, como pone de manifiesto la noticia conocida hace meses de que Marruecos se está preparando para levantar en Casablanca el que será el mayor astillero de toda África: una infraestructura del tamaño de una treintena de campos de fútbol diseñada no solo para reparar y mantener embarcaciones, sino para pugnar con los astilleros del sur de Europa, como los de España y Navantia.
Pese a que el impulso marroquí viene de antes, desde BNP, el economista Stéphane Alby apunta con el dedo a 2021, cuando las autoridades lanzaron un amplio programa a largo plazo que pretende remodelar profundamente el modelo de desarrollo de Marruecos. Las cifras parecen avalar estos planes: los anuncios de proyectos de IED totalmente nuevos se multiplicaron por cinco en los dos años siguientes a la aprobación del plan.
El país no solo cuenta con muchas ventajas comparativas en la actualidad para convertirse en la gran fábrica de África (mano de obra barata, buenas infraestructuras para la exportación...), sino que además atesora algo que en el mundo actual se puede considerar un filón: unos precios de la energía relativamente baratos y que prometen seguir siendo muy competitivos durante años gracias a la inversión en energías renovables. Algunos expertos aseguran incluso que Marruecos se puede convertir en el futuro en la solución de Europa a la creciente demanda de energía. "Marruecos posee uno de los mejores recursos solares y eólicos del mundo en conjunto", afirmaba un experto marroquí en energía a la BBC. "No tenemos petróleo ni gas natural, pero tenemos un potencial asombroso".