Política

Puigdemont deja en suspenso la declaración de independencia en busca de una solución dialogada

  • Puigdemont pide una sesión ordinaria en el Parlament en unas semanas
  • La CUP, ANC, Òmnium Cultural presionaron por coger la vía más dura
  • Firma simbólica de un compromiso con la futura república catalana
El president de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont. Foto: Efe

El president de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont ha anunciando la suspensión de la declaración de independencia en busca de una solución dialogada pero sin renunciar a proclamar un Estado independiente. "Asumo el mandato del pueblo para que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de República", ha dicho al pronunciar su discurso ante el Parlament este martes.

"La de hoy no es una decisión personal", ha dicho antes de anunciar el paso tomado tras el referéndum del 1-O,  pidiendo una sesión ordinaria del Parlament en unas semanas para abordar el proceso constituyente, en referencia al artículo 4 de la Ley del Referéndum pero en su apuesta por suspender la declaración de independencia en busca de una solución dialogada. "Cataluña se ha ganado el derecho a ser un Estado independiente, hoy Cataluña es respetada y escuchada más allá de nuestras fronteras", ha dicho insistiendo en que "las urnas dicen sí a la independencia y este es el camino que estoy dispuesto a adoptar". 

Con una hora de retraso, Puigdemont desvelaba así la incógnita, que ha puesto en vilo la última semana al Gobierno y a las fuerzas políticas constitucionalistas y cuyo contenido -la posibilidad de la declaración unilateral de independencia (DUI)- ha evidenciado las discrepancias entre los rupturistas.

Más de una hora después del cierre del pleno del Parlament, Puigdemont y los diputados de JxSí (incluida la presidenta del Parlament, Carme Forcadell) y de la CUP han firmado una "declaración de los representantes de Catalunya" con la voluntad de una futura independencia. La formación cupera ha resaltado que en el texto firmado no se menciona a la suspensión de la declaración a petición propia. Lea aquí el texto íntegro.

Fuentes parlamentarias consultadas explican que se trata de la declaración que el presidente suspende con el fin de poder dialogar con el Estado, según ha dicho durante el pleno. Fuentes del Govern, por su parte, han explicado que es un documento que no lleva membrete del Parlament ni de la Generalitat y que quienes lo firman lo hacen en calidad de "representantes de Catalunya".

El documento prevé una "república catalana como Estado independiente y soberano". Ha presentado el acto de firma, en el Auditorio del Parlament, el diputado de JxSí Lluís Llach, y el primero en firmar ha sido el presidente de la Generalitat.

La intervención

Ha comenzado analizando los resultados del 1 de octubre y ha reconocido la "excepcionalidad" del momento actual y de sus consecuencias más allá de las fronteras españolas "Formamos un mismo pueblo y hemos de continuar pase lo que pase, porque así se forma la historia de los pueblos aunque no nos entendamos en todo", ha dicho Puigdemont al inicio de su discurso, apostando por el diálogo y la empatía que no ha percibido por parte de quienes le han dicho qué tiene que hacer.

"Se celebró (el referéndum) en unas condiciones más que complicadas, extremas", en referencia a los "ataques policiales violentos contra los votantes". 770.000 personas afectadas por el cierre de los colegios, ha mencionado Puigdemont, antes de recordar que más de 2 millones sí pudieron votar a pesar de los intentos por impedir la votación, incluyendo los ataques informáticos y el cierre de webs. "Quiero hacer un reconocimiento a quienes hicieron posible este éxito logístico y político", ha dicho.

"La actuación del Estado ha conseguido introducir tensión en la sociedad catalana". Puigdemont ha aprovechado para hablar del traslado de sedes de varias empresas fuera de Cataluña.

Sobre la Constitución, Puigdemont ha recordado el empeño desde Cataluña para ayudar a España a resurgir tras la dictadura franquista. "Con el paso de los años, el sistema ha comenzado a involucionar", ha dicho, recordando que en 2005, "el 88% de este Parlamento", se aprobó una propuesta de Estatuto de autonomía que derivó en "una campaña de catalanofobia" que derivó en un texto irreconocible por el Congreso y por el Tribunal Constitucional, "la ley vigente actual" que no convence como estatus jurídico a los catalanes, según el president, que ha presentado la opción de que Cataluña se constituya como un estado como "la única forma de supervivencia" ante la "humillación" del Estado.

Así, el referéndum como vía pero sin diálogo ha sido provocado, según el presidente del Govern, por la negación al diálogo por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. "Negativa radical y absoluta combinada con la persecución judicial y policial" de las autoridades catalanas, con mención especial a la multa a Artur Mas por el 9N o las detenciones del 'número dos' de junqueras y otros 15 altos cargos por el 1-O.

"El pueblo de Cataluña reclama desde hace años libertad para poder decidir y no encontramos interlocutores en el Estado", señalando que ni la Monarquía lo ha hecho, en una nueva crítica al discurso del Rey Felipe VI, que habló de "deslealtad institucional" sobre la postura catalana. "Somos gente normal que pide votar, no somos golpistas. Nos queremos reentender mejor porque hoy, la relación no funciona desde hace muchos años y nada se ha hecho para revertir una situación que se ha hecho insostenible".

Presiones desde varios flancos

La CUP, ANC, Òmnium Cultural lucharon hasta el último momento la vía más dura, la de la ruptura inmediata sin medias tintas; congregaron a cientos de personas en las inmediaciones del Parlament por la independencia e incluso retrasaron el discurso para levantar la voz frente a JxSí en reunión previa a la declaración en defensa de la DUI (la CUP siempre defendió la declaración con votación y ha mostrado su descontento negando el aplauso a Puigdemont). Pero las dudas de Puigdemont, aferrado a la posibilidad de conseguir el diálogo para pactar el final del procés y suavizar las consecuencias sembró el desencuentro entre los partidos separatistas.

No habrá diálogo ni mediación en un asunto con base ilegal. Desde el Gobierno también se ha apurado la petición de marcha atrás al Govern y en ese sentido se ha pronunciado tras la declaración de Puigdemont. Desde el Ejecutivo no ven admisible hacer una "declaración implícita" de independencia ni tomar como válidos los resultados del referéndum.

"Le pido una reflexión. Están a tiempo de reflexionar, de tomar una decisión justa y no hacer lo que ustedes quieren sino lo que necesita el pueblo de Cataluña, reflexión, tranquilidad y sosiego, y no la fractura y la ruina, que es lo que hoy pueden ofrecerle si no vuelven a la legalidad y la democracia. Apelo a su conciencia", decía apenas dos horas antes de la declaración de Puigdemont la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en nombre de un Gobierno que en las últimas horas se abrió más a aplicar el artículo 155 de la Constitución en caso de DUI. 

También desde Europa han llegado los mensajes de cautela hasta última hora. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha pedido este martes al Gobierno catalán que no decidiera "algo que imposibilite el diálogo".

Las vías de Puigdemont

"Muy claro y muy explícito", dijo el portavoz del Govern Jordi Turull al ser preguntado algunas horas antes por las palabras que finalmente ha pronunciado el presidente catalán. Puigdemont contaba con varios escenarios por los que enfocar su declaración. 

1. La aplicación directa del artículo 4 de la Ley del Referéndum, que tendría consecuencias jurídicas inmediatas y que declararía la DUI previa votación de la Cámara catalana.

2. Una declaración sin votación.

3. Una declaración de independencia simbólica (o vía eslovena) que serviría para declarar la independencia pero anularla hasta conseguir diálogo con el Estado para un referéndum pactado.

4. Convocar unas elecciones planteadas a modo de plebiscito o constituyente que sirvieran para ratificar esa declaración de independencia, al igual que se pretendió hacer con las del 27 de septiembre,

5. Una declaración impulsada por el Ejecutivo (manifiesto leído desde el balcón)

Delitos

Prevaricación (hasta 15 años de cárcel), desobediencia (hasta dos años), malversación (hasta ocho años) y sedición (de 10 a 15 años) son los delitos por los que hasta este discurso la Justicia puede perseguir al presidente catalán. La rebelión se suma como opción por la que rendir cuentas con la declaración de la independencia, delito que puede conllevar 20 años de cárcel si implicara violencia.

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