
El sector automovilístico europeo lideró las subidas en bolsa este martes por la promesa electoral de la actual presidenta de Alemania, Angela Merkel, de aumentar de 500 a 1.000 millones de euros el Fondo de Movilidad, concebido para reducir la contaminación que provocan los vehículos diésel, y así evitar que se prohíba su circulación en las ciudades.
El favoritismo de la canciller en las encuestas hace que sus declaraciones en campaña -las elecciones se celebrarán el 24 de septiembre y parte con una ventaja en intención de voto de cerca de 15 puntos frente al socialdemócrata Martin Schulz- se asuman como medidas reales. Exactamente de esta manera se reflejó en mercado que Merkel pretenda alargar la vida de los vehículos diésel mientras "los fabricantes desarrollan vehículos eléctricos", según sus propias palabras.
El índice que reúne a las compañías europeas del sector automovilístico repuntó un 0,89% y recuperó 3.612 millones de euros de capitalización, destacando el comportamiento de los grupos alemanes: el fabricante de componentes Schaeffler subió un 3,84%, Volkswagen un 1,85% y BMW un 1,73%.
"El sesgo conciliador de la promesa de Merkel con los vehículos diésel está detrás de las subidas", reconoce Óscar Rodríguez, analista de Banco Sabadell, quien, aunque advierte de que este tipo de mensajes hay que "analizarlos en clave electoral", admite que "es una primera noticia positiva" en un sector muy maltratado durante los últimos años.
"Este último mensaje estaría alineado con la opinión general de los fabricantes: migración progresiva hacia tecnologías más limpias pero con el apoyo de los gobiernos y evitar demonizar al sector o al diésel, ya que ambos son claves para gran parte de la población y para el cumplimiento de los objetivos de emisiones de CO2", concluye el experto.
De hecho, la promesa llega después de que a principios del pasado mes de agosto, políticos alemanes y los máximos responsables de compañías automovilísticas alcanzaran un acuerdo para actualizar el software en 5,3 millones de coches diésel y la creación del citado fondo para mejorar la infraestructura del transporte urbano.
También es cierto que pese al asedio que ha sufrido desde se destapó el escándalo de los motores diésel de Volkswagen en Estados Unidos, los principales riesgos que afrontaba el sector en el corto plazo se han ido matizando, hasta casi extinguirse en algunos casos. De hecho, el principal fabricante alemán vuelve a ser la automovilística europea más capitalizada y se acercará a los 12.000 millones de euros de beneficio neto al cierre de este año, una cifra que a nivel mundial solo superará Toyota.