Economía

El rescate de Grecia: Alemania levantará un muro para aislar la crisis de deuda

Todos a la espera de los detalles del plan de rescate europeo para Grecia, que en principio será liderado por Alemania. La idea es construir un muro o cortafuegos para evitar que la crisis de la deuda griega se convierta en una espiral fuera de control. Una de las posibilidades que se barajan es la de garantizar las emisiones de deuda griega, es decir, que sean respaldadas por países solventes, aunque el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, habría dicho esta mañana que las opciones de ayuda van más allá de esto. ¿Proseguirá el viaje del riesgo desde Grecia a Europa Central?

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, discutía hoy con parlamentarios para trazar unas guías sobre los pasos que seguirá su Gobierno para ayudar a Grecia. En esta reunión, de carácter confidencial,  Sachauble ha dicho que las opciones de ayuda iban más allá de las garantías a los préstamos con los que especula la prensa, según ha declarado uno de los asistentes a Bloomberg.

Ayer se sucedieron los rumores y desmentidos, aunque el portavoz para asuntos financieros de Angela Merkel, Michael Meister, anunció que "estamos considerando una ayuda".

Al final, como era lógico, la Eurozona reconoce que el problema no sólo es de Grecia, sino que salpica a todos los países.

No en vano, en el hipotético caso de que Grecia se declarara insolvente, los grandes bancos sufrirían un fuerte golpe por la depreciación de sus carteras de bonos y por la reacción en cadena que se provocaría. Y eso, sin duda, repercutiría en las economías domésticas. Del riesgo de contagio a los posibles rescates: debates encendidos en la Eurozona.

El debate de fondo

Que habrá algún tipo de paquete de ayuda financiera para Grecia es evidente. Así lo confirman las reacciones de los mercados y noticias cruzadas que se llevan sucediendo sin parar durante todo el día. Ahora bien, el cómo se articulará la operación promete emociones fuertes habida cuenta de que hay partidarios de que la Unión Europea actúe sóla y partidarios que opinan que el FMI es la institución más indicada y preparada. Nunca mejor dicho, la tragedia griega está servida.

Dos países que no pertenecen a la zona del euro, Reino Unido y Suecia, se oponen al eje franco-alemán y sus satélites porque son partidarios de que el FMI lleve la voz cantante en la operación.

Y puesto que ninguno de los dos son socios del euro porque conservan sus libras y coronas, el argumento para levantar la voz es que el riesgo de contagio no es un asunto exclusivo para los 16 países que comparten moneda, sino que es una amenaza para los 27 miembros de la Unión Europea.

Para los más europeístas la intervención del FMI sería un revés estratégico dadas las ambiciones de Eurolandia por asentar su poder económico en el mundo a través del euro. Además, se teme que el FMI fuera más duro que Bruselas en sus condiciones y se rechaza su implicación porque significaría una renuncia parcial de soberanía por parte de Grecia. Además, EEUU tiene mucho mando en la institución aunque esté gobernada por un francés.

Cumbre informal de la UE

Como estaba previsto, mañana jueves se celebrará en Bruselas una cumbre extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que tenía como tema central la nueva estrategia económica para el periodo 2010-2020.

Esta reunión informal se suma a los dos Consejos Europeos previstos durante la presidencia española: el de primavera, que tendrá lugar los días 25 y 26 de marzo, y el que se celebrará los días 17 y 18 de junio, ambos en Bruselas.

El objetivo de la reunión del día 11 era discutir acerca de los principales retos económicos y preparar el nuevo plan económico de la UE, que se aprobará formalmente en la cumbre de marzo para sustituir la fallida estrategia de Lisboa. No obstante, la agenda cambiará vistos los acontecimientos.

Como si fuera una maratón, ha comenzado una prueba de resistencia para los mercados y para los nervios de los inversores. Jean Claude Trichet, cual moderno Filípides, saldrá corriendo de Sidney para llegar a la Cumbre de la UE, ya que se encontraba en Australia participando ebn un simposio de política monetaria organizado por el banco central del país de las antípodas. La distancia que hay que recorrer para anunciar medidas que signifiquen la victoria de la Eurozona sobre los problemas griegos y sobre la horda especuladora es larga.

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