Ante la situación vivida por la pandemia sanitaria, CENTURY21 España presenta el Estudio del Sector Inmobiliario y COVID en España, con el objetivo de conocer los actuales requisitos de la vivienda buscada por los españoles en respuesta a las nuevas necesidades y deficiencias detectadas en sus hogares en el confinamiento. Ricardo Sousa, CEO de CENTURY21 en España y Portugal, analiza las conclusiones más relevantes del informe.
El 90% de los encuestados ha pasado el confinamiento en su vivienda habitual y el informe muestra una depreciación en la valoración del hogar. ¿Cómo interpretáis esa caída?
Esta situación ha cambiado la perspectiva que tenemos de nuestras casas y cómo la vivimos. En España pasamos mucho tiempo fuera y al estar confinados, empezamos a prestar atención a cosas que en otros momentos, en perspectiva, no eran tan importantes. Por ello, lo que hemos notado es que la casa de ensueño de los españoles ahora, más que nunca, es la vivienda que quieren porque trabajan en ella o estudian. Esto ha generado esa sensación de la importancia que tiene la casa. Si hacemos la comparativa con Portugal, el tamaño medio de la casa allí es un 20% superior al de España y la tasa de esfuerzo de un portugués para comprar una casa es superior a la del español. Esto empieza a generar un cambio. Un porcentaje elevado quiere cambiar de vivienda y buscar otras alternativas. La justificación objetiva es que al pasar más tiempo en casa se necesita más espacio, por lo que se generan otras necesidades. Esa situación ha provocado que en España se valore más la casa, por lo que necesitan una casa mejor y más ajustada a las necesidades y al hecho de pasar más tiempo en ella.
La gente ha puesto en perspectiva las necesidades que tiene una casa: no es solamente para dormir o estar un par de horas
¿Hay predisposición para cambiar de casa a raíz del confinamiento?
Sabemos por datos fiables que más del 50% de las transacciones inmobiliarias residenciales son consecuencia de cambios en la estructura familiar. La casa es una necesidad, más que eso, es un derecho que está en la Constitución. Este mercado vive de estos cambios en nuestra estructura familiar, entonces se genera una necesidad por sí mismo. Esta incertidumbre también genera esa necesidad. Desde el inicio del desconfinamiento hemos reportado que la demanda incrementaba, que había más gente que buscaba casa. En el estudio este dato es muy contundente, un 65% se ha dado cuenta de que su casa no le vale y cambiaría de vivienda. Para el 30% la casa se ha quedado pequeña. El segundo punto más mencionado, por el 27%, necesita más habitaciones o espacio para teletrabajar y un 25% necesita más espacio para los niños. La gente ha puesto en perspectiva las necesidades que tiene una casa: no es solamente para dormir o estar un par de horas.
Tras el confinamiento, disminuye la preferencia por la zona, ¿se valoraba antes más la zona que las características de la propia vivienda?
Si, la gente por tradición quiere continuar en el barrio en el que está, por lo que es capaz de renunciar a una vivienda más grande o extras por mantenerse en esa zona. Ahora ya no quieren renunciar al tamaño de la vivienda o el número de habitaciones. En este sentido, los dos puntos que más han subido son: "no me importa la zona siempre y cuando se ajuste a mi capacidad económica", del 11% al 23% y "cambiaría de zona", del 16% al 37%. Por su parte, "no me importa la zona siempre y cuando el barrio tenga los servicios básicos", del 24% al 35% y la mayor caída es en la misma zona, del 49% al 30% [una bajada de 19 puntos].
¿Cómo era la vivienda que se prefería antes en cuanto a m2 o dormitorios y cómo es ahora?
La casa típica del español sería un piso, 3 dormitorios y hasta los 100 m2, pero la casa de ensueño siempre ha sido un chalet independiente. Esto se mantiene y las preferencias aumentan en el chalet, de 4 habitaciones y 150 m2 de media. Pero la búsqueda se concentra en un piso de 3/4 dormitorios y más de 100 m2. Lo curioso es que si analizamos los números del último trimestre se sigue vendiendo 2/3 dormitorios y 98 m2. El precio juega un papel determinante y los precios están estables, lo que obliga a decidir por la casa que puede comprar y no la que le gustaría comprar.
¿Se mantiene el sentimiento de propiedad arraigado en la sociedad?
Yo creo que ha potenciado aún más ese sentimiento de la propiedad. Un 92% de la gente que está en el mercado es porque quiere comprar. Entre los motivos, en este momento de incertidumbre, el 56% ve el hogar como una inversión de futuro, el segundo es la herencia que pueden dejar a sus hijos y porque creen que es la opción más segura de construir un hogar. Por otro lado, si vamos al 8% que está en el mercado del alquiler, la gran mayoría dice que no se puede permitir por ahora la inversión de una compra. Un 29% considera que le permite tener más movilidad y un 21% porque aún no ha decidido dónde quiere vivir de forma permanente. Tenemos que pensar en el mercado de España y, por nuestra experiencia, en ese segmento de la población que necesita una solución flexible y temporal donde el precio de los alquileres tiene que estar ajustado a la demanda. En resumen, hay una oportunidad en el mercado y unas necesidades por cubrir en lo que respecta a vivienda por parte de los españoles y este problema de poder adquisitivo es la principal limitación para que alcancen la casa que necesitan. Por ese motivo, y por lo que empezamos a registrar, la gente empieza a dedicar un mayor rendimiento para tener una casa mejor y más ajustada a sus necesidades.
El deseo del 60% de la demanda es pagar hasta 500 euros al mes y sabemos que en España es una cifra poco realista
Entre los que buscaban su casa deseada tras el confinamiento, ¿qué porcentaje la ha encontrado?
Esto pone de manifiesto que tenemos una oferta desajustada de la demanda, sea por precio, por tipologías... También justifica cómo los precios están estables porque hay más demanda que oferta. El 40% aún busca casa; el 13% aunque han tomado la decisión, todavía no empezaron; el 16% ha desistido. Una parte importante, un 31% han encontrado la casa que querían, pero el 67% de ellos no ha comprado o alquilado, en su mayoría, porque excede sus posibilidades económicas. El deseo del 60% de la demanda es pagar hasta 500 euros al mes sea de hipoteca o de alquiler y sabemos que en España, en casi todos los territorios, es una cifra poco realista. Lo que percibimos por nuestra experiencia, es que los que alquilan o compran, lo están haciendo porque dedican un esfuerzo mayor.
