
Los efectos económicos de la pandemia de coronavirus han dado un vuelco al mercado inmobiliario. Así, en un sector en el que tanta fuerza ha aglutinado el alquiler, ha irrumpido con gran dinámica la posibilidad de la inversión en la compra de vivienda. Las nuevas circunstancias y algunas características propias de estas operaciones las convierten en muy apetecibles de cara al corto y medio plazo.
En un contexto en el que la intención de compra se ha equiparado a la de alquiler, el Instituto de Valoraciones ha realizado un análisis en virtud del cual extrae cinco razones por las que cree que, en estos momentos, la inversión en vivienda puede ser una buena operación.
1. Aprovechar el momento
Dado que algunos propietarios están empezando a desprenderse de sus propietarios en vista de la crisis económica que se avecina y con el objetivo de conseguir, puede ser un buen momento para encontrar oportunidades a buen precio. Un punto a valorar aquí es la obtención, si se puede, de una vivienda en áreas consolidadas y donde la demanda es estable, ya que posibilita recuperar la inversión mediante el alquiler, que todavía sigue al alza (aunque con sus primeras bajadas en las grandes ciudades).
2. Subirse a la ola de la demanda
Tras el confinamiento y la llegada de la nueva normalidad, el mercado inmobiliario ha ido, poco a poco, recuperándose. Esto ha motivado un aumento de la demanda, lo que se puede traducir en posibilidades reales para la compra con intención de venta posterior, dado que el interés parece empezar a asentarse.
3. La vivienda nunca falla
El carácter eterno de la vivienda, que es un bien imprescindible y, por lo tanto, siempre tiene un mercado, la convierte en una suerte de valor refugio. Incluso en momentos como los actuales, siempre hay razones para la compra de vivienda: ahora se prioriza la satisfacción de necesidades que la pandemia ha demostrado que no estaban cubiertas, tanto en primera como en segunda vivienda.
4. Una rentabilidad 'segura'
El mercado inmobiliario, aseguran en el Instituto de Valoraciones, tiene momentos de depresión, pero siempre vuelve a un punto en el que otorga cierta rentabilidad en la inversión en vivienda. Así, tal y como la rentabilidad aumentó en los años posteriores al tramo más duro de la crisis de 2008, se prevé que, tarde o temprano, la adquisición de vivienda dé sus frutos próximamente.
5. La influencia de la obra nueva
La oferta de vivienda también se está recuperando, y una buena prueba de ello es el aumento de las obras nuevas, que aportan un atractivo extra para los futuros compradores: que se adaptan con mayor facilidad a las nuevas necesidades que han surgido en los últimos meses.